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La provincia por barrios

Laborinquen, el barrio que nació de la inmigración

Se desarrolló en los años 60 con trabajadores que llegaron de Andalucía, Cuenca y Castilla La Mancha para trabajar en la industria

Dos vecinos pasean frente al parque del barrio. alex domínguez

El barrio de Laborinquen nació en los años 60 con trabajadores de Castilla-La Mancha, Cuenca y Andalucía en su mayor parte que llegaron a San Vicente del Raspeig para trabajar en su industria: la fábrica de cemento, la de uralita, la de cerámica o las de embutidos. Se instalaron de forma espontánea en una zona rústica del norte del municipio que se encontraba lejos del casco urbano. Comenzaron a construir sus casas sin un ordenamiento previo. En el año 1990 finalmente el Ayuntamiento incluyó el barrio en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con la denominación de desarrollo urbano marginal, porque había aparecido al margen del plan vigente.

El barrio recibe el nombre del chalé La Borinquen, construido en los años 20. Borinquen es el nombre indígena que recibe Puerto Rico. Y desde el Cercle d'Estudis Sequet però Sanet consideran que los dueños de aquella casa debían haber provenido del país americano, al que quisieron recordar siempre. Junto al chalé había una balsa para riego, que desde hace varias décadas no existe. No quedan vestigios de su presencia, salvo porque donde se encontraba mantiene el nombre de calle La Balsa.

«Los vecinos son un grupo muy uniforme, vinieron con la inmigración. Se instalaron en el extrarradio y hoy están pegados a San Vicente, tienen pocos servicios pero lo tienen todo cerca. Cuentan con un pequeño jardincillo y no tienen pista deportiva», enumera el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos sanvicentera, Pedro Roselló, quien advierte que Laborinquen no tiene asociación vecinal. Para los vecinos, un punto flaco son los accesos al barrio y las comunicaciones, que admiten, han ido mejorando.

El barrio mantiene hoy su esencia de pueblo de casas bajas y de una planta. Los últimos datos del censo que posee el Ayuntamiento indican que están empadronadas 283 personas. Y buena parte de esos vecinos son mayores. De ahí que entre las reivindicaciones que se realizan se encuentran mejoras que les hagan la vida más fácil, como conexiones de autobús que les permita llegar hasta el centro de salud ubicado en el Hospital de San Vicente. O poner un segundo punto con contenedores para facilitarles el reciclaje.

Los residentes consideran que su barrio es tranquilo. De hecho, los dueños del mesón y el bar del barrio, actualmente cerrados, reconocen que nunca han sufrido un robo. Aunque la escasez o falta de luz de algunos puntos les hace sentirse inseguros.

Parte de las reivindicaciones vecinales se están materializando en Laborinquen y en el vecino barrio de Soca, que están en plenas obras de ensanche de aceras. También se ha previsto el cambio y ampliación de luminarias, que es una de las principales peticiones.

Paulatinamente, las viviendas que quedan vacías están siendo compradas por parejas, lo que va rejuveneciendo el barrio. Y aunque Laborinquen está muy próximo al polideportivo, los vecinos reclaman una pista deportiva para poder disponer de sus propias instalaciones para los más jóvenes. También solicitan que la poda de los árboles del pequeño jardín que posee la zona. Y que la limpieza que solo se realiza los sábados se amplíe algún día más.

Los residentes reivindican mejoras en el asfaltado y iluminar las zonas que actualmente carecen de luz. Otra de las peticiones se refiere a mejorar la unión con el barrio de Soca para lo que piden que se construya una acera sin tener que exponerse a caminar por la carretera. «En el Paratge Alcaraz no hay acera y nos hace falta una que comuniquen un barrio con otro», solicita una vecina. Dentro de las obras que ejecuta el consistorio, prevé instalar puntos de luz en este paso así como la unión de ambos barrios con una acera. «No tenemos una pista para jugar los niños, estamos cerca de la ciudad deportiva, pero allí no hay pista reservada para nosotros», añade.

Servicios

El barrio encuentra los principales servicios saliendo de sus límites, la construcción de una zona comercial en la calle La Huerta y les ha dotado de varios supermercados a escasos metros. Desde 2007 con la construcción del Colegio La Almazara se le ha dado mucha vida a la zona. Y el barrio cuenta entre sus hitos con la antigua almazara y el Museo del Aceite.

El aparcamiento es otra de las necesidades vecinales. El vecindario está a la espera de que se adecúe uno junto al parque, que también contemplan las nuevas obras. Y solicitan un asfalto adecuado porque es una zona de mucho paso de ciclistas. «Pasan muchas bicis por esta zona, pero hay muchos socavones porque el asfalto es de segunda», dice una vecina. Otra de las reivindicaciones es que haya más presencia policial. Al preguntar qué necesidades tiene el barrio otra residente muy reivindicativa hace un listado: «la limpieza del Camí de Soca porque está lleno de malezas. El aparcamiento que nos prometieron junto al parque. Y lo más importante, los servicios para la gente mayor. Había dos bares y ya no hay ninguno. Y solo hay un punto de reciclaje para todo el barrio. La gente mayor no recicla porque les pilla lejos», añade. Los concejales de Infraestructuras, Jesús Arenas, y de Alumbrado Público, Pilar Alcolea, destacan que la obra en marcha va a responder «a muchas de las demandas vecinales de una de las zonas más históricas de San Vicente». La actuación permite la reurbanización y ampliación de aceras para eliminar barreras arquitectónicas y generar a su vez entornos más habitables y sostenibles. Y la nueva iluminación, además de más sostenible, amplía las farolas a puntas que ahora no tienen.

Mejoras con obras de ampliación de aceras y de nueva iluminación

Laborinquen está inmerso en obras de mejora para satisfacer algunas de las necesidades de los vecinos. La actuación se contempló para 2019 y, finalmente, se han iniciado en 2020 con un montante superior a los 184.000 euros que ejecuta Aglomerados del Sureste SL. El Ayuntamiento contempla un cambio de aceras y una ampliación hasta 1,80 metros. Así como una acera que una el barrio de Laborinquen con el de Soca. Además de cambiar las luminarias, se van a colocar columnas de acero para sustituir postes de madera o las que están ancladas a fachadas.

Huertos Urbanos

La característica de Laborinquen, en la zona norte ha facilitado la instalación de los huertos urbanos que permiten a vecinos sanvicenteros tener sus propios cultivos. La Junta de Gobierno aprobaba esta semana además la instalación de aseos portátiles.

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