Hay una manera supuestamente eficaz de elaborar y aprobar unos Presupuestos Municipales: mezclar prisas con opacidad. El resultado es una apariencia de gestión eficiente pero la realidad no pasa de una suma de tretas; es la práctica del PP del Campello, forma parte de su cultura partidista.

Todo empezó alejando físicamente a los grupos municipales opositores de la sede consistorial; se les habilitó unos despachitos en la Casa de Cultura para que no estuvieran cerca de los expedientes en curso. El acceso a los documentos fue vedado; después, obligado, se restringió con el truco de esperar un eterno informe de secretaría sobre qué contenidos podían ser consultados, y así dificultaron mucho a la oposición el ejercer un control democrático del gobierno municipal. Por último dieron unos mínimos plazos para presentar propuestas y alegaciones a los Presupuestos.

Llegados a este punto, alguien puede decir ¿Y? Y rápidamente, con la documentación preceptiva incompleta, presentaron al Pleno el Proyecto de Presupuesto para su aprobación, en la confianza de la mayoría absoluta del equipo de gobierno PP-Cs con Vox, sin aceptar aportaciones de la oposición.

El objetivo del equipo de gobierno del Campello era alardear de presentar un presupuesto rápido como sinónimo de diligentes y atentos a las necesidades de los vecinos. Eso sí, sin incluir una Relación de Puestos de Trabajo actualizada; ni dar explicación alguna sobre el cambio de criterio en la concesión de subvenciones al deporte local, entre otras ausencias.

No son carencias casuales. Ni la primera. Recordemos que El Campello no cuenta con un PGOU actual porque cuando gobernaba en solitario el PP no incluyó la obligatoria previsión económica para posibles indemnizaciones. ¿Y? Y cuando un particular recurrió a los tribunales el juez tumbó todo el Plan urbanizador por defectuoso y nulo. Vuelta a empezar; pérdida de tiempo y dinero; buenos gestores.

Otra reciente treta ejemplifica el viejo recurso de colgarse medallas ajenas. El alcalde PP ha anunciado una inversión para potenciar el palacete Villa Marco y sus jardines, según él abandonados por el anterior equipo de izquierdas. Olvidaba los recortes de Rajoy, los presupuestos Montoro prorrogados, el techo de gasto a los ayuntamientos, la corrupción PP y el déficit en la hacienda valenciana. No obstante, el anterior equipo buscó fondos europeos para Villa Marco; y como es normativo en la UE redactó y aprobó un Plan Director que el Sr. Berenguer deberá seguir si desea acceder a los fondos y hacer realidad su anuncio. Por cierto, ¿para cuándo un planteamiento global de recuperación, mantenimiento y usos del patrimonio del Campello?

Una buena gestión no puede basarse ni en tretas ni en un teatro de apariencias. El contraste de planteamientos y propuestas y el respeto a las formas son indispensables en un gobierno municipal democrático y social.