L a falta de inversiones en la cementera de San Vicente del Raspeig que contribuyan a mejorar la calidad del aire en el entorno, debería ser motivo suficiente para que la Generalitat denegara la autorización ambiental integrada que ha solicitado Cemex, una licencia necesaria para continuar con la actividad más allá del mes de octubre. Así lo estima Ecologistas en Acción y así lo ha plasmado en las alegaciones presentadas contra el proyecto realizado por la multinacional para hacerse con esta autorización.

Los ecologistas explican en su argumentación que los objetivos marcados para mejorar la calidad del aire en 2010 no se podrán cumplir si la cementera no aplica «modificaciones sustanciales». El colectivo insiste en que no se prevé ninguna mejora y por ello no aparece en la documentación presentada. Los ecologistas se basan en el último informe elaborado por la Universidad de Alicante para denunciar que «en estos momentos esa factoría industrial es la responsable de que en San Vicente del Raspeig se incumplan los límites que establece el Real Decreto 1073/2002 sobre partículas en suspensión y dióxido de azufre». Respecto a este componente, los ecologistas han insistido en que a lo largo de 2006 «se superaron en 75 ocasiones los límites diarios para ese contaminante, cuando la normativa admite 35 superaciones».

Por contra, fuentes autorizadas por Cemex indicaron ayer que la firma se planteará, una vez obtenida la autorización ambiental integrada, la posibilidad de ejecutar reformas. Sin embargo, por ahora no hay prevista ninguna.

Desde la cementera se mantiene que los informes que se basan en datos sobre inmisiones no son tan efectivos como los que dispone la fábrica, que se elaboran a partir de las emisiones que se generan. «En lo que ha evaluado la Universidad de Alicante intervienen otros factores como el tráfico o lo que generan otras industrias», indicaron.

Con todo, los ecologistas arremeten contra la tecnología que utiliza la fábrica, «que tiene una antigüedad superior a los 80 años y consume un 100% más de energía calorífica y un 33% más de energía eléctrica que la mejor tecnología disponible para este tipo de industrias».