Los episodios de malos olores provocados por la planta de tratamiento de residuos Les Canyades, en la localidad de El Campello, siguen siendo un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento. Según ha comunicado el Consorci Mare, la empresa FCC, que gestiona la planta de tratamiento de residuos, no puede llevar a cabo el Plan de Olores «en caso de molestias» debido a la ausencia de un Protocolo de Vigilancia. Es decir, ante un nuevo escenario de aromas fétidos, la mercantil puede evitar, una vez más, dar parte de las actuaciones recogidas a la administración. La Dirección General de Cambio Climático establece, en su Autorización Ambiental Integrada (AAI), que la Generalitat «en colaboración con el Ayuntamiento de El Campello», aplicará un protocolo de vigilancia «que será definido de manera conjunta para evaluar las molestias por estos olores».
Ahora, el Consorci, en respuesta a un requerimiento realizado por el concejal de EU, Pedro Mario Pardo, tras el último episodio ocurrido en el mes de octubre, señala que: «No obstante, al margen de que en la actualidad no esté aún operativa la aplicación del Plan de Olores, el Consorcio ha considerado requerir un informe a la empresa sobre las posibles incidencias ocurridas».
Ante tales afirmaciones, el edil sostiene que la responsabilidad de que El Campello no cuente con un Plan de Vigilancia, y por tanto, no esté activo el citado Plan de Olores recae sobre la anterior corporación municipal, «un ejemplo más de la inacción del pasado equipo de gobierno». «La entidad me confirma que para poder actuar contra este problema y solicitar un informe a la mercantil, se deberá producir la aprobación del Protocolo de Vigilancia (...) es indignante que, algo que es obligatorio por ley desde 2016, no esté ya aprobado», sostiene Pardo.
Asimismo, el concejal se congratula de que el organismo formado por la Generalitat, Diputación y los ayuntamientos vaya a solicitar un informe a la empresa por el último episodio de fuertes olores, que obligó a los vecinos a acudir a urgencias tras lo ocurrido. Añade Pedro Mario Pardo que este protocolo, del cual carece la localidad, «puede ser ejecutado tanto en respuesta a quejas específicas, como por rutina de control en las zonas afectadas, por empleados públicos municipales y otros agentes de la autoridad». Por todo ello, el edil de la formación de izquierdas urge al equipo de gobierno que incida en la tramitación de todos los requerimientos para «sacar adelante este Plan de Vigilancia», que puede servir como «primer paso para intentar acabar con todos los problemas que sufren los residentes con estos malos olores desde hace 10 años».
Mientras, el Ayuntamiento, plenamente consciente de la problemática que padecen los vecinos que viven cerca de la planta, reconoce que tiene que «dar un empujón» a los citados trámites.
Los próximos pasos serán la compra de unos aparatos que se dediquen a calibrar los olores que se deprenden de la planta, así como comenzar con la licitación para que, «más pronto que tarde», El Campello cuente con una normativa municipal que regule los malos olores. El tripartito ya pidió explicaciones a la empresa por los constantes problemas con estos aromas fétidos, además de solicitar un informe sobre lo que ocurrió. Existe un estudio que certifica que en los últimos siete años «apenas se han reducido los olores».
