Alumnos y profesores del Instituto María Blasco de San Vicente del Raspeig han protagonizado una protesta a las puertas del centro educativo. El motivo, se quedan sin cantina de la noche a la mañana y la familia que la regenta debe de abandonarla. La comunidad educativa se ha solidarizado con quienes durante años han regentado la cantina y piden que se tomen medidas para evitar que tengan que dejar el medio de trabajo que tenían hasta ahora.

Las personas que regentan la cantina trabajaban con una prórroga de un año. Y esta semana han recibido la notificación de que debían abandonar la instalación y llevarse todas sus cosas. En el instituto lamentan que no hay un nuevo proceso de licitación y estas personas "que dan un servicio muy bueno y tienen muy buena relación con los alumnos, se quedan en la calle, sin un modo de sustento, de la noche a la mañana", cuenta uno de los profesores.

La marcha la próxima semana de quienes hasta ahora daban el servicio deja al instituto, con un millar de alumnos, sin el servicio. Lo que también supone un trastorno para el desarrollo de la rutina del centro.

Para apoyar al centro y a quienes hasta ahora dirigían la cantina, ha acudido el alcalde de San Vicente, Jesús Villar, quien señala que se debe buscar una solución a este problema, que se está dando en más entidades. "Se acaba el contrato, tienen que abandonar y no hay una continuida. Se podría buscar una solución de continuidad o una prórroga forzosa", apunta el primer edil. Y lamenta que las personas "se quedan sin trabajo y no habrá servicio".

La intención del alcalde es contactar con la dirección general de Educación "para ver si hay solución" y conocer si hay alguna forma de recuperar el servicio.

La comunidad educativa no se quiere quedar de brazos cruzados y tienen previsto desarrollar diferentes acciones para intentar recuperar el servicio y a las personas que lo ofrecían. El próximo lunes continúan las protestas. El consejo de alumnos ha decidido hacer una protesta en el primer recreo. Y los profesores también quieren ir a la delegación de la Conselleria de Educación para manifestar su disconformidad, así como iniciar una recogida de firmas. Califican la situación de "grave y triste".