El yugo de la media luna apenas resistió 24 horas en El Campello. Los cristianos desencadenaron ayer una tormenta de acero y fuego sobre el castillo para culminar una reconquista a base de corazón, pólvora, llamas y espadas en la que los emocionantes parlamentos de los embajadores dieron paso después a un cuerpo a cuerpo entre los especialistas y los cargos festeros.

De esta forma la villa marinera logró expulsar a las tropas invasoras tras un gran espectáculo con espadas, flechas, empalizadas con fosos en llamas y un enorme ariete en forma de dragón que escupía fuego, y que hicieron vibrar con sus refriegas al numeroso público que, aprovechando la calurosa jornada dominical, se acercó a El Campello para disfrutar de esta batalla. Un combate que pese a su ferocidad terminó con los abrazos de los capitanes de ambos bandos, José Daniel Ferrando y Pau Soler, y de sus embajadores José Mas y Batiste Varó.

Ya por la tarde las calles volvieron a desbordarse de fastuosidad y música con la Entrada Mora-Cristiana en la segunda jornada de los festejos, que se alargarán hasta el martes.

Para hoy queda la Diana Festera a las 9.00 horas, que se ha potenciado después de que desde el pasado año esta jornada ya no tenga Embajada al haberse eliminado una de las dos que se realizaban en el Castillo. A las 12.00 horas tendrá lugar la popular Entradeta Festera y ya por la noche, a las 20.00 horas, llegará el humor de los disfraces de la Retreta.

Los festejos de El Campello terminarán mañana con una jornada de marcado carácter religioso, con la misa, la Ofrenda en honor a la Mare de Déu dels Desemparats, la Mascletà y la Procesión.