Los vecinos de la playa de Muchavista del término municipal de El Campello denuncian el «excesivo ruido» y «fiestas desmadradas» que se celebran todos los fines de semana en un chiringuito situado en la avenida Jaime I, junto a la parada del TRAM localizada en Carrabiners, en primera línea de playa. Los propios residentes alertan de que el local «no cumple con la normativa municipal de ruidos» y se muestran «hartos» de convivir con constantes alteraciones del orden público en una zona residencial, por lo que ya han presentado varias instancias en el Ayuntamiento y piensan llevar el asunto a los tribunales.
En el establecimiento llamado 'Karamba Beach' se organizan de forma habitual despedidas de soltero, conciertos, clases de zumba, carreras de sacos y fiestas. Durante las cuales, siempre según los vecinos, los participantes acaban orinando entre los coches, ocasionando problemas con el tráfico y consumiendo alcohol mientras ocupan las pasarelas de acceso a la playa. Por su parte, desde el chiringuito aseguran que «cumplen con la legislación en todo momento y que su actividad es completamente legal». Asimismo explican que «lo que ocurre fuera de su establecimiento no es de su autoridad» y niegan que celebren conciertos. Sin embargo, fuentes municipales afirman que el Ayuntamiento de El Campello tiene constancia de las quejas vecinales y apuntan que el establecimiento ya ha sido inspeccionado «hasta en tres ocasiones», siendo sancionado por partida doble por la administración local y Costas por no respetar la normativa de ocupación de espacio y por el «excesivo ruido».
La principal denuncia de los residentes obedece a la proliferación de orines, vómitos y demás problemas derivados de los eventos que ofrece el propio establecimiento. «No es agradable convivir con gente bebida o con un local que nos impide disfrutar de la playa cuando vivimos y pagamos por residir en primera línea», explica un vecino afectado. Otra vecina señala que en «la Policía acude muchas veces al local pero el chiringuito hace caso omiso». Detallan también que el escenario se agrava por las noches, cuando se realizan conciertos y fiestas que se prolongan hasta altas horas de la madrugada «con la música alta y sobrepasando el límite de la normativa municipal». Apuntan los vecinos que las despedidas de soltero ocupan el panorama de muchos fines de semana por la zona y que las consecuencias de todas esas celebraciones «las pagan» los que viven en las urbanizaciones de alrededor. «La gente no tiene conocimiento y tampoco respeta las horas de descanso, ni el mismo mobiliario urbano», incide otro residente. Cuentan también que en numerosas ocasiones ha sido obligada la intervención de la Policía Local y Nacional para disolver conflictos y peleas. Al respecto, el personal del establecimiento desmiente que los eventos excedan del horario permitido y aclara que «si no cumplieran con la legalidad, no estarían ahí».
Mientras que la concejalía de Playas informa que está en proceso otra posible sanción hacia el establecimiento y no descarta que el caso «pase a mayores» si siguen acumulando quejas de los vecinos y de usuarios de las playas. El Ayuntamiento reconoce que «existe un problema con el chiringuito» y que hará inspecciones cada quince días, tal y como ha sucedido este verano. De igual modo, fuentes del equipo de gobierno señalan a la anterior corporación por ser «demasiado permisiva con estos establecimientos» y las renovaciones de sus licencias, dado que insisten en que esta situación es heredada de cuando gobernaba el cuatripartito. El local se publicita en redes sociales como «un espacio dedicado a celebraciones y ocio con la mejor música en directo».
