Resignados a una pólvora nueva, los festeros de Xixona cumplieron con el programa de actos y celebraron el Alardo durante la tarde de ayer. El evento contó con mayores medidas de seguridad respecto a otros años debido, principalmente, a la «mala calidad del explosivo» que recibieron el pasado viernes. Los Moros y Cristianos de la localidad simularon ayer la batalla frente al Castillo y la Casa Consistorial entre ambos bandos sin perder el ánimo por la fiesta pero dejando patente su malestar por disponer de un explosivo «más ligero» que el que solían utilizar en Fiestas. La pólvora fue protagonista en un evento que contó con menos participantes que el año pasado, tal y como aseguraron los propios asistentes. Mientras que las filaes guardaron una distancia de seguridad de 10 metros y casi de 3 metros entre arcabuceros.

El propio presidente de la Federación Sant Bartomeu i Sant Sebastià y festero de la filà Caballeros del Cid, Jonathan Gras, afirmaba que la tarde estaba transcurriendo «sin incidencias reseñables» pero incidía en las características de la pólvora, la cual calificaba de «peor» que la utilizada años anteriores. Mientras que otros participantes de la filà Piratas aseguraban que era «demasiado ligera» y que era preciso «echarle varias cargas para que saliera bien». Respecto al descenso de participantes, el tesorero de la Federación y componente de la filà Kaimans, Toni Morant, explicaba que para este ejercicio «disparar ha costado casi 200 euros a cada festero», además del pago de la cuota. «El precio es abusivo para ser un explosivo light», explicaba Morant. Asimismo, añadía que la entidad organizadora ha subvencionado parte del coste de la pólvora a cada festero, una iniciativa que no pudo frenar, sin embargo, que la participación descendiera respecto a otros ejercicio. La jornada transcurrió sin incidencias reseñables pero con el enfado notable de los Moros y Cristianos, quienes ya señalan el asunto de la pólvora como un lastre administrativo que «acabará con los actos de arcabucería».