«Per Xixona, per Sant Bartomeu i Sant Sebastià, que arranque l'Entrà». Con esas palabras arrancó el gran desfile multitudinario por las Fiestas de Moros y Cristianos que la localidad de Xixona celebra este fin de semana. Ayer sábado, el municipio albergó un espectacular desfile que concentró a las distinas filaes, diez en total, y a más de 2.000 festeros. Instantes previos al comienzo del acto, fueron los cargos honoríficos de este año los protagonistas que dieron el pistoletazo de salida al evento que contó con una participación de boatos muy vistosos y una treintena de bandas de música. Para esta edición, la figura del festero del año del bando de la media luna ha recaído sobre Ricardo Planelles Torregrosa, de la filà de los Moros Verds, mientras que del bando de la cruz, el cargo de festero del año cristiano lo ostenta Gaspar Valverde Gómez, de los Llaurados.

Una vez en materia, el colorido de los trajes y la potente esencia de las marchas moras y cristianas inundaron las calles de la localidad, dónde no cabía un ápice. Destacaron las capitanías, que este año protagonizan los Contrabandistas y los Moros Vermells.

Respecto a la máxima representación del bando de la cruz, para esta edición los Contrabandistas han alcanzado casi el centenar de socios, algo que quedó patente en la Entrada de ayer con una nutrida participación de la capitanía cristiana. Los pasodobles características de esta filà dejaron una bonita puesta en escena y dieron ritmo al desfile. Los Contrabandistas estuvieron acompañados por el resto de filaes cristianas: La Canyeta, Cavallers del Cid, Llaurados y Pirates-Mariners. Mientras que, tras el turno del bando de la cruz, llegaron las huestes moras con su notable presencia. Los Moros Vermells encabezaron las tropas moras con sus casi 200 componentes, seguidos de Moros Grocs, Kaimans, Moros Verds y Marrocs. La elegancia y hermosura de las vestimentas de la media luna sirvieron para despedir la espectacular Entrada.

Por la mañana, los vecinos y festeros disfrutaron del tradicional y desenfadado acto de «La Banyà», donde las filaes recorrieron el municipio para refrescar a los asistentes. Hoy la expectación reside en los actos de arcabucería, para los que se ha incrementado la seguridad ante la mala calidad de la pólvora.