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El Campello

Los vecinos de Muchavista reclaman «con urgencia» un plan de accesibilidad

El Síndic de Greuges vuelve a exigir documentación al Ayuntamiento, que no contesta a los requerimientos ni del ente ni de los residentes

Epifanio Cid, en un paso de peatones sin rebajar junto a la playa. Información

La playa de Muchavista es un paraíso... aparentemente. Quienes la tienen por barrio denuncian carencias y problemas que quieren que se solucionen y reclaman medidas. Llevan años exigiendo mejoras, especialmente en las de accesibilidad, que en buena parte de sus calles brilla por su ausencia. Los requerimientos al Ayuntamiento para que acometa un plan de accesibilidad son constantes, pero lamentan que sus peticiones reciben el silencio por respuesta.

En su último escrito, la asociación de vecinos Playa l'Horta-Muchavista y la asociación vecinal La Zenia alertan al consistorio de «graves problemas de inseguridad vial» en especial en la zona de la Urbanización Los Albatros, algo que ya han comunicado anteriormente sin obtener respuesta. Instan al organismo municipal a tomar medidas para modernizar una zona con problemas de movilidad para personas mayores o que se mueven con dificultad.

Los vecinos han pedido amparo al Síndic de Greuges que también ha recibido el silencio por respuesta. De hecho, a mediados de julio le enviaba a la asociación de vecinos un escrito lamentando que ha vuelto a pedir por segunda vez al consistorio la información sobre accesibilidad y movilidad ante la queja vecinal en esta materia. Y explica que el consistorio «persiste en su actitud de no enviar la información que le solicitamos», explica el Síndic en una carta remitida a los vecinos.

Las entidades vecinales hacen hincapié en que la necesidad de tomar medidas. «La zona residencial presenta diversos problemas de seguridad vial, de un lado por la existencia de una carretera con una alta densidad de circulación, es habitual que vehículos procedentes de San Joan de Alacant, turismos, motos, bicicletas en grupo, se salten la señal de dirección prohibida en la calle Francisco de Orellana, creando situaciones de peligro a los vehículos que circulan correctamente», advierten en su escrito.

Denuncian el diseño urbano poco accesible, caracterizado por aceras muy estrechas, en mal estado y farolas en medio de las mismas que obliga a los menores de edad, personas mayores, residentes con movilidad reducida o personas que llevan carritos de bebé a circular por la calzada «poniendo en peligro su seguridad, sobre todo, cuando los vehículos circulan por dirección prohibida».

El problema de la accesibilidad lo siente en sus carnes Epifanio Cid, un vecino de 73 años que se mueve en silla de ruedas y sufre a diario los obstáculos en calles donde, se lamenta, quienes las han trazado no se ponen en la piel de las personas con movilidad reducida para hacerlas transitables para todos.

Estrecheces

Advierte de que hay aceras estrechas que obligan a bajar a la carretera con el consiguiente peligro y otras que tienen obstáculos tales como palmeras como la que hay en el paseo de Jaime I o semáforos que impiden el paso. «Los rebajes en El Campello tienen 4 centímetros y para mí suponen un golpe en la espalda cuando subo y bajo». También encuentra obstáculos en algunas paradas del Tram con diferencia de altura en el paso de las vía, en otras como la de la estación de Salesianos el anden está más alto que los vagones «y se encaja la silla» y en otras el problema es que «algunas tienen una rampa tan empinada que con mi silla acabo en mitad de la carretera». Una de sus frustraciones es encontrar una acera rebajada y enfrente no estarlo.

La asociación de vecinos advierte de su preocupación porque se produzca un accidente y piden que se priorice a los vecinos frente a los coches. Su propuesta es que se ejecute un Plan de accesibilidad y de barreras arquitectónicas con inversión financieramente sostenibles con cargo al superávit del Ayuntamiento.

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