Los vecinos de las partidas de Mutxamel acusan al Ayuntamiento de la localidad de «desatender y descuidar» las construcciones históricas que aún perduran en los terrenos y fincas próximas al río Seco. En concreto, se trata de un molino del siglo XVI, fechado antes del 1580, que se encuentra en ruinas y cuyo propietario lamenta que el propio consistorio «no haya querido incluir tal obra histórica dentro del catálogo de Bienes y Espacios Protegidos a nivel local», algo que el Ayuntamiento desmiente.
Particulares y terratenientes exponen que el Molí Nou, conocido así en el municipio, «se ve en peligro por el acoso del Ayuntamiento con las obras del colector y reclaman más apoyo del mismo para conseguir una mayor protección de nuestro patrimonio». Por ello, sospechan que la administración local «quiera declarar BIC el Patrimonio Hidráulico del Monnegre sin contar con los molinos». Además, uno de los propietarios de las fincas adyacentes a dicha construcción hídrica, señala que el gobierno local realizó unas obras en el río que afectaron y debilitaron su estructura.
En otro orden de cosas, los vecinos de la urbanización próxima al cauce señalan directamente al consistorio como responsable de la «poca preocupación del mantenimiento de las orillas, en las que se acumula maleza, cañas de vegetación y varios tramos con basura y desperfectos».
El Ayuntamiento se defiende afirmando que no es el responsable del mantenimiento del cauce. Tal y como afirma el edil de Cultura y Patrimonio Histórico del municipio, Rafael García Berenguer, «estamos restaurando el Azud y los alrededores del monumento, así como el Azud de Sant Joan». Al respecto de la denuncia de los particulares y vecinos, el edil manifiesta que el mantenimiento de las edificaciones «corre a cargo de los propios dueños» y desmiente que el gobierno local «quiera dejar fuera a estas obras». Explica el concejal que desde la administración se encuentran sumergidos en la tramitación del BIC, que incluye todos los edificios y Elementos de interés de la Huerta Tradicional mutxamelera, e invita al dueño del Molí Nou a «buscar cauces de colaboración para llevar a cabo la restauración». Asimismo, insiste García Berenguer que el mantenimiento del río, así como las labores de limpieza corresponden a la Confederación Hidrográfica del Júcar.
