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San Vicente del Raspeig

Los vecinos claman contra la basura acumulada y exigen más baldeos y limpieza de las calles

Las bolsas y enseres sin recoger en todo el día y los suelos pegajosos por la caída del fruto de los árboles son el mayor problema

La plaza de España, llena de frutos desde hace días. Basura acumulada, enseres y cartones junto a los contenedores, y mobiliario urbano corroído por orín de perro. Álex Domíguez

Una de las principales quejas de los vecinos de San Vicente del Raspeig es la limpieza de las calles y los montones de basura acumulada a plena luz del día. No es una reivindicación nueva, pero cada vez sube más el tono de los residentes que protestan por la situación en la que están las calles.

En ocasiones, el incivismo está detrás de la mala imagen que a diario ofrecen algunos puntos. Acumulación de enseres y de basura a primera hora de la mañana y durante el día sin respetar los horarios ofrecen una imagen deplorable.

Pero en otros casos, los vecinos critican que los baldeos son escasos y en algunos casos inexistentes, lo que perpetua no solo la mala imagen sino una sensación de falta de higiene. Sumado a que también echan en falta la limpieza de los contenedores.

Punto y seguido son los residuos generados por árboles de las calles. Donde hay jacarandas el suelo está pegajoso y deja una mancha oscura que perpetua esa imagen de suciedad. En pleno centro de San Vicente, en una de las plazas más concurridas y queridas por los vecinos como es la plaza de España, la imagen es impactante. El inmenso árbol que da sombra y refresco ha dejado un reguero de frutos que día tras día han ido acumulándose, ofreciendo un manto crujiente y pegajoso en el suelo que todavía no se ha retirado. «No es muy agradable de ver, teniendo un servicio de limpieza que funciona bien», responde José Martínez, un vecino que pasea por la plaza. «El árbol es muy grande pero podía haber un refuerzo de limpieza sobre todo en una zona como esta que siempre está llena de gente».

Josefa Perán sostiene la correa de su perro en una mano y una botella de agua y bolsas en la otra cerca del Cine La Esperanza. Es de las personas que echa agua cuando su perro orina, pero reconoce que son pocos las vecinos que siguen su ejemplo. Los excrementos dejados en las calles y los orines que impregnan aceras y corroen el mobiliario urbano son otro problema. «San Vicente está bastante sucio. No fumigan y los árboles tienen piojo y todo lo que cae se queda en el suelo pegajoso y luego no lo limpian», añade. Uno de los puntos negros por ello es la zona de la Villa Universitaria.

En la calle La Huerta y Girasoles lamentan la suciedad acumulada en sus calles. También en la calle Argentina se acumula la basura junto a los contenedores a diario.

Para Héctor Gandía la suciedad del municipio se debe principalmente a las conductas incívicas de los vecinos. «Las farolas y los postes no se corroen por sí solas, es por el orín de los perros. Deberíamos ser más cívicos. No es lógico pasar por algunas calles y estar todo el rato mirando al suelo para no pisar una caca de perro. Y luego está quien tira al suelo las cosas en lugar de en las papeleras», reconoce que también haría falta un refuerzo de limpieza, pero a su juicio son los vecinos los que más culpa tienen en cómo está el municipio.

Por su parte, Carmelo González cree que la suciedad depende de la zona de San Vicente. Mientras el centro está bien cuidado «el resto de calles las veo mal. Creo que son empresas privadas y nadie controla a los trabajadores», opina.

La concejala de Limpieza Viaria, Pilar Alcolea, asegura que el servicio se está ofreciendo y todos los días dos cubas baldean el municipio. Explica que cada vez que hay una queja acude al lugar y atiende las necesidades vecinales.

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