El municipio de Sant Joan d'Alacant despertó ayer con una funesta noticia: el fallecimiento de la conocida anciana Josefa Turpín Moreno. El cuerpo sin vida de la señora, de unos 90 años, fue encontrado la mañana del domingo en un bancal de una propiedad privada de la urbanización de Villaportes, junto al camping Caballo Loco, en la partida rústica de Fabraquer, por un vecino de la zona, a varios kilómetros del centro urbano, lugar de residencia de la fallecida.

El servicio de emergencias recibió una llamada sobre las 10 horas de ayer, dando parte del hallazgo del cadáver. Hacia el lugar se desplazó una unidad SVB (Soporte Vital Básico), que tan solo pudo certificar la defunción de la anciana, que llevaba en paradero desconocido desde el pasado viernes. Los familiares denunciaron la desaparición de la señora Turpín al comprobar que no había regresado de su habitual visita al mercado, según precisaron fuentes municipales. Fue entonces cuando avisaron a las autoridades para que iniciasen la búsqueda de la mujer de avanzada edad, cuyo cuerpo sin vida fue localizado finalmente a casi tres kilómetros de su domicilio.

Hasta el momento, se desconocen las causas de la muerte. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación para tratar de esclarecer el por qué del fallecimiento de la anciana, aunque la principal hipótesis responde a que la mujer pudo despistarse y ser víctima de un golpe de calor por las altas temperaturas. Cabe destacar que el cuerpo de la mujer no presentaba signos de violencia, según precisaron fuentes de la investigación.

Los propios vecinos de la zona quedaron muy impactados con el hallazgo de la anciana muerta junto a un carro de la compra. La finada es muy conocida en el pueblo por su intensa colaboración con la parroquia San Juan Bautista de Sant Joan, algo que hacía desde hacía más de medio siglo. Según apuntan desde la propia iglesia, el Obispado le concedió la «Insignia Pro Ecclesia Diocesana», una distinción creada por la Diócesis de Orihuela-Alicante para reconocer el servicio pastoral que algunas personas han prestado y prestan a la sociedad.

El propio párroco de la localidad, Roque Carlos Jiménez, en declaraciones a este diario, destacaba que Josefa Turpín seguía colaborando y ayudando a los pobres y enfermos con la misma ilusión que el primer día, pese a su avanzada edad. «Llevaba más de 50 años colaborando en esta parroquia y destacaba por su amabilidad, alegría y entrega», subrayaba Jiménez, quien, además, sostenía que la fallecida visitaba a enfermos, a las hermanas carmelitas y a los sacerdotes. «Hace dos años fue nombrada ministra extraordinaria de la comunión», añadió el párroco. La autopsia, que sigue pendiente, determinará las causas de la muerte.