Los vecinos de las urbanizaciones de Mutxamel tendrán que seguir haciendo transbordo en Villafranqueza para llegar al centro de Alicante. Así lo llevan denunciando años, desde que en julio de 2015, el gobierno de la Generalitat restringiera la línea 26, una conexión histórica que unía directamente Tángel con la capital alicantina. Los usuarios de la línea 26 apuntan que pueden tardar «casi dos horas» en llegar al centro. Para bajar a la capital, los usuarios tienen que coger la L26 hasta Villafranqueza. Una vez allí, buscar la opción de la L13 para llegar al Hospital o a la Rambla.
Ahora, la asociación que forman los residentes de «La Huerta» piden, ante la negativa de la administración autonómica de atender a su demanda, que se amplíe el actual recorrido de la línea en dos kilómetros para cubrir una parte del resto de urbanizaciones.
En concreto, que una vez haya finalizado su paso por «La Huerta», en vez de regresar dirección Alicante, continúe por l' Almaixada y abastezca también la demanda de los residentes de Casa Fus, Ravel y Les Paulines.
Todo ello para intentar «poner una solución» a los problemas de conexión entre Alicante y los barrios del municipio de Mutxamel, puesto que en ellos reside gente de avanzada edad, y no pueden estar expuestos al calor y a las largas esperas que provocan los trasbordos diarios, tal y como explican desde la propia asociación.
«Para conseguir una mayor comodidad para los usuarios y que la línea sea rentable económicamente, consideramos que la ampliación de un par de kilómetros es más que necesaria», afirma uno de los vocales de la asociación, Francisco Gómez, ya que esta prolongación del recorrido también conectaría dos colegios y una residencia de ancianos.
La misma agrupación de vecinos reivindica, además, el apoyo del gobierno municipal de Mutxamel, más sabiendo que Tángel se encuentra en la frontera de competencias con Alicante. Los vecinos llevan años de conversaciones con el propio Ayuntamiento que dirige el popular Sebastián Cañadas, además de la empresa que presta el servicio de autobuses, Vectalia, y con más asociaciones de vecinos, incluso han hablado con el defensor del pueblo, pero saben que Valencia tiene la última palabra, y conocen su actual postura. La administración valenciana apunta que existen varias maneras de llegar a la capital, pero siempre con el uso de un tercer autobús, algo que no convence ni a los vecinos, ni al Ayuntamiento de Mutxamel.
Apoyo municipal
Tanto la propuesta como la «lucha» para conseguir eliminar el trasbordo en la conexión entre Tángel y Alicante ha recibido el sustento de la corporación municipal de Mutxamel. Desde la concejalía de Transportes, Servicios y Mantenimiento, su edil, Rafael Pastor, lamenta la postura adoptada por la Generalitat y critica la decisión de que la administración autonómica no reanude el servicio de la antigua L26, «tal y como estaba antes de su eliminación por parte del PSOE y Compromís en julio de 2015». El Ayuntamiento aprobó presentar una moción a Les Corts del grupo popular pidiendo que se restaurase el servicio anterior de la línea 26, algo que el gobierno valenciano ha estimado «parcialmente».
Al respecto, manifiesta el concejal que «seguirán manteniendo dichas reivindicaciones» y recuerdan que el gobierno que «venía a rescatar personas está perjudicando a los vecinos de La Huerta y de Mutxamel».
El mismo discurso mantiene la edil que gestiona el área de Urbanizaciones, Marisol López. «Es injusto que los usuarios tengan que perder toda la mañana para bajar a Alicante», añade la edil. Ambos coinciden en señalar la «clara diferencia de trato» entre un gobierno y otro. Y es que, mientras la administración local «ha apostado por incrementar los servicios de transporte con las urbanizaciones, ellos suprimen servicios», sostienen.
Recuerdan que PSOE y Compromís decidieron eliminar parte del recorrido de la línea de autobus sin «motivo aparente» y añaden que Mutxamel también se siente perjudicada al ser de los pocos municipios que no cuenta con línea directa con la Universidad de Alicante.
