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Una urbanización desbordada por las fecales en El Campello

Una treintena de casas de Bonanza inician obras de canalización para acabar con las «charcas» de residuales provocadas por roturas de tuberías. Un vecino denuncia al Seprona que el proyecto amenaza con enviar las aguas negras junto a su parcela

Uno de los encharcamientos de aguas fecales que existen en la urbanización Bonanza de El Campello J.A.RICO

Desbordados por las agua fecales. Una urbanización de El Campello está literalmente sitiada por sus aguas negras. La rotura desde hace años de diversas conducciones que llevan las residuales a distintos pozos ciegos de la zona han generado cuatro encharcamientos de fecales en la urbanización Bonanza, un grave problema de salud pública del que lleva alertando el Consistorio a los propietarios desde 2011, aunque no había trascendido a la opinión pública.

Un grupo de dueños de 31 viviendas, la mayoría construidas hace años de forma ilegal, se han unido para realizar unas obras para canalizar las aguas fecales hasta un antiguo depósito que se está reformando para centralizar sus residuales, y acabar así con esta insalubre situación. Pero la actuación no está exenta de polémica, ya que el Consistorio ha llegado a paralizar las obras al carecer de permiso, aunque ya se han reanudado. El vecino que alertó de esta situación ha denunciando ante el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y la Policía Local que el proyecto amenaza con redirigir las aguas negras junto a su casa por una antigua conducción que discurre en superficie con numerosos tramos rotos o al descubierto, para desembocar en otro pozo ciego que también está desbordado.

A raíz de la denuncia de este residente, cuya vivienda no está fuera de ordenación y cuenta con pozo ciego propio, el Ayuntamiento verificó que las obras estaban en marcha, ordenando su paralización hasta que presentaran toda la documentación requerida. Y el decreto, con fecha 7 de junio, les daba dos opciones. Una de ellas consistía en ejecutar las obras que ya estaban realizando: «reordenar la canalización de aguas residuales de manera que vierta de nuevo a la fosa originaria -que estaba fuera de uso- y se eliminen los puntos de acumulación de aguas residuales existentes». O bien «cesar los vertidos a la deficitaria canalización de aguas residuales existente y que cada parcela se gestione de manera individual sus vertidos por medio de una fosa séptica de filtro ecológico». De cualquier forma, el decreto advierte que esto es «provisional y por razones de salubridad pública», debiendo tramitar los propietarios las actuaciones necesarias para urbanizar la zona y dotarla de los servicios correspondientes.

Y es que el decreto reconoce que «desde 2011 por parte del departamento de Servicios Públicos se está denunciando la situación de insalubridad generada en la partida de Bonanza debido a las acumulaciones de residuales a consecuencia de la rotura de las canalizaciones motivada por la construcción de viviendas de forma ilegal».

Problema de salud pública

Estas obras han provocado preocupación en otros residentes, debido a que alertan de que las residuales de la zona conflictiva se van a dirigir a otra área, trasladando allí el problema de salud pública. Por ello el vecino que advirtió a las autoridades ha presentado además un recurso de reposición contra este decreto, en el que explica que el Ayuntamiento «autoriza a unos vecinos de la parte alta de la partida Bonanza y en contra de los vecinos de abajo, a poner nuevas canalizaciones de aguas fecales, que no sustituyen las viejas canalizaciones, porque hace 45 años solo había unas 7 o 8 viviendas, y en la actualidad son unas 31 viviendas, la mayoría construidas de manera ilegal, según su decreto».

Este residente alerta de que «dichas canalizaciones van a desembocar a una vieja fosa de unos 4x3 metros y 2 metros de profundidad, que el Ayuntamiento clausuró por verter en superficie aguas fecales hace años, y que ahora está reformándose. Esta fosa pequeña tiene una tubería de rebosado que desagua, teóricamente, porque está rota en muchos tramos, a la fosa inicial, y esta fosa inicial lleva muchos años desbordándose, por lo que las aguas fecales irán a parar al campo y cerca de viviendas. No entiendo que los técnicos no hayan verificado esa anomalía. Alrededor de la fosa inicial hay una charca de aguas fecales de 50 metros, llevando así muchos años esparciendo aguas fecales y olores nauseabundos, con ratas, mosquitos...».

En el recurso agrega que «se personó en la obra La Policía Local, comprobando in situ que la fosa inicial está completamente desbordada, y sin ninguna protección, reconociendo que era además un peligro, sobre todo niños».

Señala que «también el pasado viernes 7 de junio el Seprona inspeccionó todas esta irregularidades: vertidos de fecales en el foso inicial, tanto en el subsuelo como en superficie, la peligrosidad de la obra, daño ecológico, daños para la salud de los vecinos, hedores, plagas... Y que van a informar de todo ello a la CHJ por contaminación con aguas fecales».

Solución provisional

Por su parte el edil de Servicios Públicos saliente, Alfred Botella, confirmó que esta urbanización tiene un grave problema de salud pública, derivada de que la edificación ilegal de viviendas sin red de saneamiento y el paso de vehículos pesados para su construcción ha roto las canalizaciones de fecales, provocando «balsas» en superficie que han tenido que ser valladas, y que con las obras que se están realizando se va a lograr darle una solución provisional. Del mismo modo negó que el depósito que se está reformando vaya a desaguar en otro, como denuncia el vecino, señalando que el Consistorio se encargará de su vaciado, pese a no ser de su competencia, como está haciendo con las «charcas» de fecales de la urbanización.

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