Las Fiestas de Moros y Cristianos de San Vicente del Raspeig tienen, después de las Entradas Cristiana y Mora del sábado y el domingo, dos momentos álgidos, las Embajadas. El sábado a medianoche tras el desfile de las 10 comparsas de la cruz tuvo lugar la Embajada Mora gracias a la cual los sarracenos se han hecho con el castillo de las tierras del Raspeig.

El martes será el momento de reconquistar el castillo y devolverlo a sus legítimos dueños. Y ambos son dos espectáculos muy esperados por los sanvicenteros. El del sábado concitó a cientos de vecinos frente al castillo para contemplar los parlamentos así como el espectáculo que gira en torno a este acto.

A medianoche las tropas moras llegaban a las puertas del castillo capitaneadas por la comparsa Tuareg y al mismo tiempo el sonido del disparo de los arcabuces se escuchaba a lo lejos. Poco después llegaba el emisario moro a lomos de un caballo, y a continuación los cargos de la media luna.

Este año se estrenaban los parlamentarios y José Luis Martín de las Heras de los Moros Nuevos ejerció de Embajador Moro retando a Pablo Miralles, de los Contrabandistas, como embajador cristiano.

Tras un cruce de palabras entre los capitanes ambos bandos se retaron a un combate. El ataque de un grupo de sarracenos sobre caballos fue el preludio de la batalla, pero antes de ello, el olor a pólvora daba el aviso de la llegada de los arcabuceros, quienes realizaron su recorrido principal por la avenida Ancha de Castelar y de la Libertad para llegar al castillo.

Tras el espectáculo de arcabucería tuvo lugar la lucha cuerpo a cuerpo entre cristianos y moros, donde los efectos especiales corrieron a cargo de Legend Especialistas. Finalmente, el bando moro tomó el castillo alzando su bandera y colgando sus pendones de la media luna sobre las torres.

Suyas serán las tierras de San Vicente hasta el próximo martes, 30 de abril, día en el que se celebrará la Embajada Cristiana y con ella la recuperación de la fortaleza medieval por parte del bando de la cruz.