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Cien años entregados al arte de la pesca en El Campello

La Cofradía de Pescadores cumple este mes un siglo de vida en el que ha pasado de ser un motor económico con 200 embarcaciones a las 7 barcas de la actualidad. La conmemoración del centenario se prolongará hasta el verano

Un siglo de entrega y dedicación al mar. El pasado 10 de abril se cumplieron 100 años de la constitución de la Cofradía de Pescadores de El Campello, que ha pasado en ese tiempo de ser un motor económico con unas 200 embarcaciones a contar únicamente con siete barcas de artes menores y sobrevivir como bien puede. En 1919 se creó la «Sociedad Pósito Pescador de Campello», presidida por José Carratalá Baeza (armador) e inscribiéndose un total de 210 socios, una época en que, según la «Geografía General del Reino de Valencia», con datos de 1910, «la flota pesquera cuenta con unas 200 embarcaciones, cuyos tripulantes alcanzan una cifra de 1.000». Estadística que confirma el «Anuario de la Pesca», de 1920, considerando la de El Campello «la primera flota de madera del Mediterráneo español».

La Cofradía pronto empezó las actividades creativas, y en enero de 1920 se hizo efectiva la asistencia médica y de farmacia, para socios y familiares; y un año después, en enero de 1921, comenzó la Escuela del Pósito para niños, y de noche, para los que trabajan. Pero a la euforia inicial siguieron unos primeros años de crisis, que a partir de 1924 se remonta, hasta que el «crack» del 29 y la crisis económica que provocó, volvieron a hundir la industria pesquera, que vio agravada su situación a partir de 1931, con el advenimiento de la II República, por la constitución de los sindicatos de trabajadores y la patronal de armadores, que dejaron el Pósito en precarias condiciones.

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Durante el periodo bélico, fueron los sindicatos UGT y, sobre todo, la CNT, que confiscaron las propiedades de la entidad, quienes se encargaron de organizar una industria pesquera, que continuó operando con normalidad hasta abril del 1939, en que fue disuelta. Después volvió a la actividad, el Pósito recuperó el patrimonio y en 1943 pasó a denominarse «Cofradía Sindical».

A partir de 1946, se inició una etapa de renovación de la flota y expansión de la entidad, construyéndose embarcaciones con mayor autonomía y empiezan a pescar entre el Sahara y las Islas Canarias, hasta Senegal. Pero, sin duda, los años 50 y 60 fueron las décadas de opulencia, de superávits y creación de patrimonio. Fue cuando, el todavía popularmente Pósito, construyó la ermita del Carmen, proyectó la ampliación del edificio social, intentó la compra de «Astilleros Alicante» e impulsó el fútbol de El Campello.

El éxodo

Luego comenzó el éxodo de la flota, cambiando su base a Málaga y Las Palmas de Gran Canaria y, a últimos de los años 60, la Cofradía se hundió en otro periodo de crisis, consecuencia de la pérdida de afiliados, la suspensión de los créditos para nuevas embarcaciones y la modificación del Reglamento de Artes de Arrastre, que se acrecentó la década posterior por los convenios de pesca con Marruecos, que inició el apresamiento de barcos y la obligación de enrolar pescadores alauitas. En 1978, el Ayuntamiento terminó la construcción de los espigones de protección de playas, proyectados tres años antes, que fueron ocupados por una entidad privada: el Club Náutico Campello, lo que propició un enfrentamiento con la Cofradía, que consideraba improcedente su política expansionista y no quedaba mucho espacio para fondear las embarcaciones pesqueras de la localidad, cuando era una obra pagada del pueblo de El Campello.

En 1982 se expuso a la recién constituida Generalitat la imperiosa necesidad de aprovechar uno de los espigones y edificar un pequeño muelle, para que la Cofradía no desapareciera. Unas instalaciones portuarias que se habían venido reivindicando desde marzo de 1914, cuando el Ayuntamiento pidió al Ministerio hacer la obra para su flota de más de 200 embarcaciones.

Finalmente, en 1991 el presidente de la Generalitat, Joan Lerma, inauguró el actual muelle pesquero, donde, un mes después comenzó la subasta de pescado, abierta al público. Lejos de solucionar el problema, la lonja de pescado ha sido motivo de multitud de conflictos entre armadores, dirigentes y funcionarios, que acabaron «saltando» a los medios de comunicación y envenenando las relaciones entre la exigua comunidad pescadora.

Por fin, en septiembre de 2015, se eligió la primera mujer Patrón Mayor, Maribel Marco Palomares, dejando atrás esos prejuicios tan arraigados en el ámbito marinero. Desde entonces, parece que las tensiones han desaparecido y se ha tomado conciencia que, para subsistir, han remar todos en la misma dirección.

Cien años después, de la ingente flota sólo quedan 7 barcas de artes menores, que faenan en la «bahía» y no generan potencial económico para mantener la Cofradía, que sobrevive gracias a las reducciones laborales y salariales de sus tres trabajadores, y las subvenciones de la Generalitat y el Ayuntamiento.

Actividades

Con motivo de este centenario se han organizado numerosos actos y actividades que se alargarán hasta el verano, con conciertos, talleres o conferencias. Entre los ya realizados destaca la visita de centenares de escolares al muelle, que ha permitido conocer de cerca un oficio clave en la historia de El Campello.

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