P ¿Qué significa ser embajador para usted?
R Es llevar la emoción del momento a la gente. Representamos una situación en la que alguien llega a un territorio para conquistarlo, intentas convencer, se rompen las negociaciones. Transmitirlo a quien está allí. Luego está la lucha, y en los parlamentos, la gente no debe ver a José Luis, sino al embajador moro que intenta embaucar al embajador cristiano.
P ¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?
R Que me meta en el papel, despersonalizarte. En el momento que te subes al caballo ya eres el embajador moro.
P ¿Lo más complicado es aprenderse el texto?
R Lo más complicado es transmitirlo.
P ¿Y lo consigue?
R En la comparsa he sido la cara visible en los actos de presentación de cargos. Ya Aniceto, que había sido embajador, me dijo que tenía desparpajo y no tenía miedo escénico. Me animó. Hemos tenido mucha ayuda de los anteriores embajadores y de Claudio de la Escuela.
P ¿Cree que las elecciones generales influirán en las fiestas?
R La gente irá bien por la mañana o al mediodía. Tenemos esta circunstancia impuesta y nos adaptamos. Yo tengo claro que ese día madrugaré para votar y así ya me puedo dedicar a la fiesta.