San Vicente del Raspeig no tendrá finalmente colonias felinas. Una idea que durante el mandato ha defendido la concejala del área de Sanidad, Begoña Monllor, y que finalmente, con los números y las obligaciones que suponen para el Ayuntamiento, lo tenía todo en contra.
El Ayuntamiento ha rechazado la única alegación presentada a la modificación de la Ordenanza Municipal Reguladora de la Tenencia de Animales de Compañía en el entorno Humano aprobada inicialmente en el pleno del 31 de octubre de 2018. Y era una puntualización muy significativa puesto que suponía dar carta de naturaleza a la defensa que se ha hecho en los últimos años de creación de colonias felinascolonias felinas, espacios para los gatos callejeros que contarían con personas cuidadoras que velarían por ellos, las denominadas gateras. En San Vicente hay un problema con los gatos callejeros, algunos habituados a vivir cerca de colegios y de los centros de salud.
La alegación estaba firmada por una representante de la Asociación Cinco Hocicos y solicitaba incluir en el artículo 2 de la ordenanza la definición de «gato feral con status diferente al del gato doméstico». La entidad proponía copiarla de la ordenanza de Barcelona y de esta forma regular la presencia de animales urbanos «y proporcionar al Ayuntamiento herramientas para gestionarlo adecuadamente». También pedía incluir la definición de colonia felina para que así pudieran reconocerse estos espacios «y la posibilidad de intervenir en ellos sanitariamente acorde con las necesidades reales tanto de vecinos como de animales».
La alegación pedía que el articulado de la ordenanza incluyera un párrafo afirmando que el Ayuntamiento de San Vicente «promueve la existencia de colonias controladas de gatos ferales y da soporte a las entidades que los cuidan». Añadían otro punto hablando de la alimentación, aclimatación y la limpieza de estos espacios.
Sin embargo, el informe del área de Sanidad es demoledor y no da pie a la inclusión de las peticiones. Los técnicos advierten que, de aceptarse las alegaciones de la entidad animalista, se vulnera la ley ya que no aparecen las definiciones que plantea. La Ley de Sanidad Animal no contempla las definiciones de gato feral o de colonia felina, ni la posibilidad de concentrar a los felinos abandonados o errantes en espacios abiertos.
El informe negativo de Sanidad destaca que crear estos espacios costaría al año más de 35.000 euros
La implicación de crear colonias felinas en San Vicente del Raspeig tiene una repercusión directa en el municipio ya que supondría un reconocimiento y una obligación del Ayuntamiento respecto de los animales. El informe técnico que el área de Sanidad realiza en contestación a la alegación presentada por la asociación animalista Cinco Hocicos señala que permitir estos núcleos para gatos callejeros tiene diversas implicaciones. En primer lugar advierte de que se debe contratar un seguro de responsabilidad civil que ampare los daños a terceros que puedan provocar los gatos «cuya existencia promueve el Ayuntamiento», advierte el informe técnico. El estudio ha consultado con una aseguradora y el importe anual rozaría los 3.000 euros contando con una población de 100 gatos callejeros.
También señala que el Ayuntamiento se debe de hacer cargo de los tratamientos veterinarios obligatorios, evaluados también en otros 3.000 euros para un centenar de mininos; a su vez, identificar a través de un microchip a cada animal que vive en la colonia supondría 5.500 euros, y año tras año deberían añadirse los nuevos felinos incorporados a las colonias, ya que se trata de unos espacios que promovería el Ayuntamiento, y ello para diferenciar los gatos que son responsabilidad del consistorio de los que podrían extraviarse y tienen propietario.
El primer estudio que hizo Sanidad en 2016 detectó 20 puntos donde vivían gatos y un censo de 250 felinos
A la vez, otra de las obligaciones que adquiriría el Ayuntamiento de San Vicente de crear estos lugares sería contratar la limpieza periódica de los espacios donde se ubicaría a los felinos. También debería cuantificar económicamente el apartado que habla del «soporte a las entidades que los cuidan», así como la necesidad de contratar al personal necesario para la atención y vigilancia de estos espacios.
El área de Sanidad hace una evaluación de la obligación económica que supone para el Ayuntamiento la creación de las colonias felinas.
El primer año de implantación de las colonias felinas supondrían un desembolso de 40.070 euros. Posteriormente el mantenimiento de estos puntos donde se ubicaría a los gatos callejeros costaría 35.320 euros.
El Ayuntamiento también debería hacerse cargo de los tratamientos sanitarios obligatorios para los gatos como son la vacunación antirrábica, la primera se inyecta antes de las 16 semanas de vida, y seguir posteriormente con la vacunación obligatoria; también debería hacerse cargo de la desparasitación y llevar a cabo actuaciones para evitar que contraigan enfermedades.
Uno de los aspectos más costosos es la limpieza anual de los 10 puntos que se pretendía tener en el municipio, que ascendería en torno a los 24.000 euros.
En el primer estudio que Sanidad realizó en 2016 censó un total de 250 gatos callejeros y la existencia de una veintena de puntos donde vivían. Los más problemáticos, los próximos a colegios y a centros de salud. La concejalas, primero Isalia Gutiérrez y luego Begoña Monllor, dieron por hecho desde entonces el cambio de la ordenanza para la creación de las colonias.
