«El trabajo y el esfuerzo que llevamos realizando todos estos años se ve recompensado con esta fantástica experiencia que espero no sea la última». Palabras de Sara Brime, una de las doce componentes del

Para todos esos amantes de la música, esta experiencia solo puede calificarse de «feliz e inolvidable», como asegura Inmaculada Carrasco. De forma inesperada se embarcaron en un proyecto muy bonito pero muy costoso, en lo económico y en lo artístico. Gracias a un video colgado en una red social, fueron seleccionados por la sociedad DCINY (Distinguished Concerts International New York) para actuar el 18 de febrero, junto con otros coros procedentes de Australia, País de Gales, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Este coro de cámara, fundado en Mutxamel en 2015, formaba parte del cartel del concierto «Lux et Amor: The Music of Dan Forrest and Ola Gjeilo», una de las citas musicales más prestigiosos de Nueva York.

Dicen que en Estados Unidos, «los sueños se hacen realidad», aunque sea pasando por taquilla. El privilegio de cantar en el Carnegie Hall no supuso ninguna recompensa económica, y además de costear el viaje y el alojamiento, los doce componentes del coro tuvieron que abonar 7.000 euros por participar en este concierto. La ayuda del Ayuntamiento de Mutxamel y una campaña de colaboración económica mediante crowdfunding , que está generando sus frutos incluso al regreso del viaje, les ha dio el impulso necesario para poder alzar la voz en el Carnegie Hall.

De ese modo, como explica el director del coro, Luis Seguí, «para una formación de nuestras características fue una oportunidad única, ya que se trataba del Carnegie Hall y de un compositor de prestigio con el que hemos podido trabajar en persona».

Un templo de la música

Un templo de la músicaToda esta sensación de esfuerzo recompensado se resume en una frase de la presidenta del coro, Herminia Ripoll: «Ha sido un placer inesperado que la música me vuelva a dar tanto». Otro componente del coro, Óscar Santacreu, se queda con que «hemos unido nuestras voces a las de cientos de cantantes e instrumentistas que no conocíamos, en uno de los grandes templos de la música, y el resultado ha sido la más absoluta belleza».

Y aquí no se acaban los sueños de estos músicos que han cruzado el horizonte. «Lo que importa ahora es el próximo reto, sea cual sea. Hemos vuelto más fuertes, más unidos y más motivados para superarlo». Habla Paula Vicens.