La memoria anual del Observatorio Municipal de Violencia Social de San Vicente del Raspeig advierte de una «cronificación de situaciones de exclusión social» en el barrio de Santa Isabel. La zona tiene particularidades como estar alejada del centro y conformarse como un pequeño pueblo en sí mismo. Es una zona a la que el Ayuntamiento desde hace años presta especial atención, una «discriminación positiva» que, sin embargo, no da los resultados deseados.
A pesar de los esfuerzos por llevar actividades de distinta índole para jóvenes y adultos y realizar actividades de mediación en las disputas sigue habiendo más conflictividad que en otras zonas, tal y como apunta la el Observatorio de Violencia Social.
De hecho, la memoria que abarca el periodo de junio de 2017 a mayo de 2018 advierte de un incremento de las situaciones violentas en el barrio. A la vez, y unido a ello, también apunta un aumento de los problemas relacionados con la presencia de drogas, que contribuye a la vez a generar mayores situaciones conflictivas.
Y junto a ellos, uno de los problemas graves de los que advierte la memoria es la «okupación» de las viviendas vacías. El área de Bienestar Social ha detectado ese incremento con la observación de los trabajadores en el barrio y con los testimonios de vecinos de la zona, como el que publicó este diario el sábado pasado de un vecino que sufre desde hace seis años molestias por la familia que ocupó un piso que se encuentra sobre el suyo, que es propiedad de un banco, y que provoca problemas de convivencia.
También descubren estas situaciones cuando a los servicios sociales llegan personas que piden una ayuda y explican que viven en la Colonia Santa Isabel pero no están empadronadas. Desde el Ayuntamiento advierten de que se atiende a los usuarios, pero los casos de ocupación ilegal no son una competencia municipal en los que poder actuar.
La Plataforma Stop Desahucios de San Vicente del Raspeig reconoce que Santa Isabel concentra muchos casos de okupas en alrededor de una treintena de las viviendas, la mayoría de ellas propiedad de bancos. Cuentan con un censo de once familias que ocupan viviendas en todo el municipio y que han contactado con Stop Desahucios y de ellas, cinco están residiendo en Santa Isabel. Reconocen que atienden a menos personas de las que hay ocupando casas porque es una práctica ilegal que desaconsejan.
Se da el caso de que una práctica habitual entre algunos vecinos es cobrar por informar sobre qué casa está desocupada y en qué situación se encuentra.
Desde el ayuntamiento reconocen que es necesario «empoderar» a los vecinos para que tomen su barrio y para ello se debe poner en marcha un plan integral con la participación de todas las áreas. Ahora están a la espera de poder iniciar de nuevo el programa de mediación vecinal pendiente de la nueva contratación con el objetivo de fomentar las comunidades de vecinos o la mediación.
La concejala de Bienestar Social, Begoña Monllor, reconoce que los esfuerzos son muchos y que el barrio tiene mucho trabajo por hacer. Advierte de que dependencias como el centro juvenil Isajove, el Instituto Haygón y ahora la Escuela Oficial de Idiomas ayudan a la zona y sus vecinos. La edil asegura que «nos hemos puesto manos a la obra con personal de Servicios Sociales y redoblando las reuniones».
