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Ocho incendios intencionados obligan a triplicar la inversión para salvar la finca Palmeretes en Sant Joan

La restauración de la emblemática casa, construida en 1906, saca a la luz los intentos «malintencionados» de destruirla para evitar su recuperación

El arquitecto Ricardo Casal observa todo el andamiaje que rodea la finca Palmeretes, ubicada en Sant Joan d'Alacant. héctor fuentes

De dos meses de trabajo y 85.736 euros de presupuesto a más de seis meses de intervención y un gasto superior a los 211.000 euros, que todavía pueden ser más si se aceptan algunas nuevas propuestas para tratar de conseguir que la finca Palmeretes y recupere el aspecto que la hizo famosa entre tantas casas de la Huerta de Alicante desde que se construyó allá por el año 1906.

Después de diez años de abandono y de pasar por un periplo de propietarios muy diversos (como el Liberbank, la Sareb -el «banco malo», y Servihábitat ), desde 2018 es su actual dueño, Alga Promociones Urbanísticas S.A., quien asume el compromiso, y la obligación legal, de acometer una restauración imprescindible para que el edificio siga en pie. Esta mercantil va a desarrollar la UA-11, la zona paralela a la avenida Miguel Hernández (N-332) colindante al SUP6 que conecta con el polideportivo. Y en medio del proyecto se sitúa Palmeretes.

El arquitecto Ricardo Casal Carreño lleva involucrado en la recuperación de esta finca desde el año 2015. Conoce palmo a palmo la finca y, tras varios intentos de restauración, ahora ha calibrado al 100% el daño interno y externo, tanto de las tres plantas de la casa principal, como de las dependencias anexas donde estaba la cocina y vivía el servicio, el patio de carruajes y la casa de los guardeses. Las complicaciones han llegado cuando, sobre un proyecto inicial de restauración, que tuvo en cuenta un incendio que acabó con la parte de la techumbre -con vigas de madera y teja cerámica alicantina-, y algún «incendio puntual más», se ha constatado que se produjeron ocho incendios provocados, todos en zonas muy concretas y con un fin determinado.

Una pira de libros

Ricardo Casal explica como el incendio más grave fue en la biblioteca, «toda de madera donde amontonaron libros y guías telefónicas para causar un gran daño a la casa». Al igual que se usaron materiales altamente inflamables, se buscaron ubicaciones específicas como los pilares del sótano, la escalera o las cocinas. El resultado: hoy en día, la casa se sostiene porque está parcialmente apuntalada y porque fue de las mejores construcciones de Sant Joan d'Alacant, levantada casi a prueba de vándalos.

Una vez solicitada al Ayuntamiento una ampliación de licencia, además de consolidar la estructura, sustituir el forjado del sótano y reconstruir la cubierta para evitar más filtraciones, la empresa va a poder trabajar en muchos elementos básicos (reposición del suministro de agua y electricidad) y decorativos (jácenas, correas y viguetas de madera; carpintería y vidrios de ventanales y puertas; las piezas cerámicas de la crestería del tejado; o las barandillas de hierro torneado).

Y por supuesto, Palmeretes volverá a ser de color rojo Almagro. Ricardo Casal garantiza que la fachada «recuperará el color original, un ocre rojo distinto al que se va ha visto durante años al cubrir la piedra natural con un revestimiento con pintura plástica que impedía que la piedra respirara y se la fue comiendo». En definitiva, una puesta a punto con la que la finca afrontará un futuro que puede orientarse por el uso turístico y hostelero. Palmeretes quiere resurgir de sus cenizas.

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