Oportunismo. Esta palabra es la misma que emplean dos partidos políticos en torno al problema que conlleva la cubierta de la autovía A-70 a su paso entre los términos de Sant Joan y Mutxamel. «Es la oportunidad para conseguir una solución, con el PSOE gobernando en Sant Joan y en Madrid, y es ahora cuando hay que presionar», aseguran desde Compromís. En cambo, desde el PSOE, se critica ese mismo «oportunismo político por resucitar un tema que sigue parado».
A raíz de una Proposición No de Ley presentada en el Congreso por Compromís (que en el próximo pleno se convertirá en moción en el Ayuntamiento de Sant Joan), se ha vuelto a poner encima de la mesa la posibilidad, nunca archivada de forma definitiva, de ampliar la autovía con un tercer carril en todo su trayecto. Compromís pide que se rechace la ampliación del túnel a cambio de levantar el peaje de la segunda circunvalación de Alicante.
El tercer carril de la A-70 a su paso por Sant Joan tendría «un impacto paisajístico y humano bestial», afirman propietarios que viven en límite máximo permitido, vecinos que leen como el Ministerio de Fomento tiene aparcado el proyecto que anunció en 2011 únicamente por falta de financiación. Es más, ya se empieza a hablar de «construir un tercer carril» en tramos entre Crevillent y Orihuela, por lo que estos propietarios, principalmente de la zona de Salafranca o las inmediaciones al colegio Rajoletes y el polideportivo de Mutxamel, temen por su domicilios.
Después de la gran movilización que se vivió en 2001, con la recogida de más de 5.000 firmas contra la ampliación del túnel, las alegaciones presentadas por el Ayuntamiento de Sant Joan consiguieron reducir el límite de construcción de 100 a 50 metros, y la línea de servidumbre, de 50 a 25 metros. Hasta ahí llegó la permisividad de Fomento, que no aceptó que la afectación se quedara en 8 metros como reclamaban los afectados. Por eso, afectados como Alberto Caturla -vecino y exconcejal de Compromís- hablan de un «problema dormido que tiene que resolver Fomento, no Sant Joan».
Por contra, desde el Ayuntamiento insisten en buscar «una nueva vida para la cubierta de la autovía», que según el alcade, Jaime Albero, pasa por «la recuperación de la jardinería y el marcado de itinerarios». Dos jardineras sin flores son la única actuación en casi cuatro años de mandato.
