La empresa adjudicataria de la rehabilitación del jardín vertical, Singular Green, ha firmado hoy el contrato por lo que debe ejecutar el trabajo en un plazo de tres meses, uno para el proyecto y dos para la obra. El importe final de adjudicación es de 115.984 euros, que serán sufragados íntegramente con una subvención de la Diputación Provincial para inversiones financieramente sostenibles de 2018 que ha gestionado el Ayuntamiento. La actuación prevé cambios estructurales, ya que el gran soporte metálico que sustenta la instalación sufre un proceso general de oxidación debido a que, dado el diseño actual, éste se encuentra en contacto directo con el agua de riego y la humedad del entorno. Además, el sistema de origen que sustenta los sacos portantes del sustrato no es el adecuado.

Según fuentes municipales, "el estado ornamental inadecuado que presenta en la actualidad el jardín vertical no es achacable a falta de mantenimiento municipal, sino al rápido deterioro de sus elementos estructurales de origen, cuyo diseño no fue el más adecuado". Así lo refleja la memoria técnica para su rehabilitación, según la cual la oxidación de la estructura, por haberse diseñado de origen en contacto con el agua; la pérdida de tierra y su dificultosa reposición por el diseño del jardín, que originan huecos de sustrato que impiden el crecimiento vegetal; y los problemas de accesibilidad provocados por avería del dispositivo de elevación (e inexistencia de piezas originales para su reparación) han sido causantes de la degradación.

La concejala de Medio Ambiente, Nuria Pascual explica que la vida útil de este jardín ha sido de ocho años, y con muchos problemas de mantenimiento, porque el sistema originario era muy complejo y económicamente muy caro; sin embargo, la actuación propuesta ahora para modificarlo reduce significativamente los costes de mantenimiento y el consumo de agua, y su vida útil se estima en más de 20 años.

Además de la función ornamental, lo más destacable del jardín vertical es su función ambiental, ya que se convierte en regulador térmico, filtrador de polvo y gases contaminantes, fijador de gases de efecto invernadero, pantalla acústica así como área de cobijo y alimento para la fauna, incrementando la biodiversidad. La superficie del jardín es capaz de absorber el equivalente en emisiones de CO2 a lo que producen 30 coches al año.

Especies autóctonas

La densidad de plantación propuesta para el jardín vertical es de 30 plantas por m². Esta cantidad se considera la adecuada, ya que, por la experiencia probada en jardines verticales de dimensiones similares, en un plazo máximo de tres meses se logra que prácticamente la totalidad de la superficie del jardín esté cubierta. Esta densidad permite a su vez el correcto desarrollo de las plantas, sin generar competencia por la luz ni por el alimento en sus primeros meses de implantación, que son los más cruciales para el desarrollo posterior.

La selección de especies se ha realizado en base al clima específico de San Vicente y teniendo en cuenta su orientación prácticamente Este, que le confiere insolación directa durante toda la mañana hasta el mediodía. Esta particularidad obliga a elegir plantas que soporten pleno sol. Se ha optado por especies autóctonas, de familias cercanas a estas o de uso habitual en jardines verticales de climas similares.

Se trata de especies de bajo mantenimiento en cuanto a riegos, podas, control de plagas y enfermedades. Las especies propuestas están comprobadas y funcionando en diversos jardines verticales repartidos por ciudades con clima mediterráneo, como Ontinyent, Altea, Valencia y Palma entre otras. Son plantas que probadas durante varios años en sistema constructivo de jardín vertical con sistema de riego hidropónico. Por otro lado, estas plantas, al tener un bajo mantenimiento con respecto a podas, son ideales para permitir que el diseño propuesto se mantenga en el tiempo. Todas son de hoja perenne, para que la estética temporal del jardín vertical no se vea afectada por la pérdida de follaje de las plantas. De esta manera se asegura un tapiz de plantas vivo y vigoroso durante todo el año.

Las especies seleccionadas son: Adiantum capillus-veneris (Culantrillo de pozo); Armeria marítima (Clavel de mar); Asparagus sprengeri (Espárrago helecho); Carex morrowii everest (Carex variegado); Carex morrowii everline (Carex Amarillo); Chlorophytum comosum variegatum (Cintas); Cyrtomium falcatum (Helecho acebo); Dryopteris atrata -(Driopteris); Erigeron karvinskianus (Margarita cimarrona); Lonicera nitida (Madreselva de hoja); Nephrolepis exaltata (Helecho espada); Plectranthus verticillatus (Planta del dinero); Tulbaghia violacea (Ajo de jardín); y Vella lucentina (Pítano alicantino).