La concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig ha pisado el acelerador para poder presentar en el pleno del próximo viernes la ordenanza que regula la construcción en el centro tradicional del municipio. Se trata de una normativa que se comenzó a elaborar el año pasado cuando el consistorio decidió aprobar una moratoria por un año en la que no se han dado licencias de obra ni reforma en la zona del centro histórico. Y todo con el objetivo de proteger al máximo esta parte de San Vicente.

La concejala de Urbanismo, Mariló Jordá, explicaba ayer que la intención es que el expediente pueda entrar de manera urgente al pleno extraordinario del viernes y ello sin pasar por las preceptivas comisiones informativas, dada la premura de su aprobación.

En caso de que finalmente el documento no pueda llevarse a aprobación provisional el 21 de diciembre la concejala reconoce que tendrá que suspenderse la moratoria. Si por el contrario, se aprueba, se iniciará el proceso de exposición pública para llevarlo a aprobación definitiva.

La Junta de Gobierno Local de la semana pasada ya aprobó el informe ambiental y territorial estratégico previo a la tramitación de la modificación puntual número 36 del Plan General: la normativa urbanística especial del casco histórico tradicional. El objetivo que persigue el Ayuntamiento es la preservación, recuperación y mejora del centro, su trama histórica y los elementos singulares, salvaguardar las edificaciones de interés y eliminar aquellos elementos «impropios que desfiguran el paisaje».