La voz de la diversidad se escuchó ayer en San Vicente del Raspeig. El municipio celebró por primera vez un pleno en el que los concejales por un día fueron miembros de asociaciones que trabajan con personas que tienen diversidad funcional. Tuvieron voz en el pleno Apsa, Anda, el Centro Ocupacional Maigmó, el Centro Integrado Público de Formación Profesional Canastell, Adiem, Asiger, Adacea y a título particular Tatiana Gadea, una joven en silla de ruedas muy activa en las reivindicaciones por la movilidad. Todos ellos conformaron una corporación que aprobó por unanimidad todas las propuestas.
La concejala de Bienestar Social, Begoña Monllor, advirtió de que todas se van a estudiar para incorporar las que se pueden hacer realidad. «La única discapacidad es la indiferencia», advertía.
«Un día histórico»
El alcalde, Jesús Villar, presidió la sesión plenaria manifestando que «es un día histórico» y reconoció que la manera de poner soluciones es conocer los problemas, por lo que animó a los flamantes ediles a tomar la palabra y «contarnos las deficiencias de nuestra ciudad».
Todos los colectivos reivindicaron que haya un mayor conocimiento de la diversidad, darles mayor visibilidad y pidieron a la sociedad que tenga más curiosidad y empatía por conocerles, saber cómo es su día a día y sus dificultades. El pleno fue intenso, usuarios de las entidades presenciaban y aplaudían las iniciativas expuestas por sus compañeros y la voz de algunos ponentes se quebró en algún momento por la emoción.
Peticiones
La primera propuesta era de Manuel Sevilla del Canastell que pedía hacer más grande el invernadero donde trabajan, las aulas, el huerto «y dar trabajo a todas las personas». Marta Moral del Maigmó sugirió realizar jornadas deportivas para personas con diversidad funcional. Por parte de Adiem, Jesús Alonso y Mario Miguel pusieron el foco en la enfermedad mental y pidieron mayor inclusión laboral de estos enfermos. Los concejales por un día pidieron también un ciclo de cine y exposición de fotografía sobre la diversidad.
También se solicitó una revisión de las barreras arquitectónicas y crear webs y folletos con el sistema de lectura fácil. También ofrecer rutas turísticas accesibles. O crear recreos inclusivos en los patios de los colegios.
