? «Tengo una pensión muy baja, así que estamos haciendo un sacrificio para poner unas ventanas blindadas», cuenta uno de los vecinos afectados por el ruido. El jubilado explica que se ha gastado 800 euros en comprar dos ventanas insonorizadas que permitan paliar la contaminación acústica en su casa. «Estas plantas bajas tienen los dormitorios pegados a las baldosas. Por el día tenemos miedo de que nos atropellen y por la noche el ruido se oye mucho», lamenta el residente, «y esto es la calle, no la autovía».