Un día, y otro día, y otro y los restos de la poda sin recoger. El puente ha sido especialmente duro y un vecino lo ha documentado para denunciar una situación que asegura, lleva meses ocurriendo en la urbanización La Huerta de Mutxamel donde vive, una de las más numerosas del municipio, con más de 2.000 residentes. Ayer advertía que el deficitario servicio de recogida llegaba a tal extremo que las ramas y demás restos estaban impidiendo la normal visibilidad de tráfico en el cruce que hay frente a su casa. «Son especialmente peligrosas las condiciones del contenedor de la calle del Pi donde la broza y la basura cubren más de la mitad de la calzada destinada a la circulación de vehículos e incluso tapan hasta las tres cuartas partes de la señal horizontal de Stop», relata Juan Pablo Migallón.
«La basura llama a la basura y mucha gente tira directamente la bolsa sobre la broza», dice reconociendo que el comportamiento de algunos vecinos no es el más deseable. El vecino tacha la situación de «insostenible» y ha pedido en el Ayuntamiento que el esfuerzo se traduzca en una modificación presupuestaria para hacer frente a esta situación hasta que la nueva contrata preste el servicio para evitar que los amontonamientos se queden durante días en la calle.
El vecino reconoce que esta situación de acumulación de restos junto a los contenedores afecta a todos los vecinos. «Esto es insostenible, toda la urbanización está a reventar». Y el problema es que la acumulación de basura trae como consecuencia la presencia de ratas que aparecen en las casas.
En el Ayuntamiento de Mutxamel son conscientes de que el servicio de la actual mercantil es muy ajustado, pero también apuntan a que el incivismo vecinal provoca las acumulaciones de poda. El concejal de Servicios, Rafael Pastor, lamenta que pocos son los residentes que llaman para pedir que se lleven los restos vegetales que han cortado. Y señala que se han hecho campañas de concienciación que no dan resultado.
Los vecinos señalan que la recogida es insuficiente y precaria. La basura se recoge todos los días, pero al lado del contenedor se queda todo lo que no esté en el interior porque solo hay una persona en el vehículo, el conductor. Y el camión de la poda no pasa a diario.
Harto de la situación, Migallón en representación de otros vecinos se reunió con el concejal, quien según reconoce, les pidió paciencia hasta que la nueva contrata entre en servicio en enero.
Pastor advierte de que «la poda no se queda un mes sin recoger» y señala que Mutxamel tiene 23 puntos entre los que hay «zonas más conflictivas. Y primero se atiende al que lo hace correctamente y nos llama».
Consciente del problema, el concejal explica que se ha reforzado la vigilancia y se han impuesto una veintena de multas a vecinos y empresas desde septiembre por dejar poda junto al contenedor o tirar escombros con multas de entre 200 y 600 euros.
