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San Vicente del Raspeig

Bienestar Social atenderá a puerta cerrada si no se garantiza su seguridad

Los trabajadores reclamaron la presencia de agentes la semana pasada ante un caso de amenazas por parte de una familia

Uno de los agentes destinados al Ayuntamiento, ayer. información

La concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig, Begoña Monllor, de Compromís, advirtió ayer que la planta de los servicios sociales tendrá que cerrarse y se atenderá solo con cita previa si se detectan problemas de seguridad para los trabajadores.

Aunque esta semana la planta cuenta con vigilancia, no la tienen habitualmente y la concejala considera que es una zona muy sensible. La edil reconoce que tomará esa medida en el caso de que «no tenga las medidas de seguridad que considero que debemos de tener y peligre la seguridad de los trabajadores».

Durante esta semana y de forma excepcional, la segunda planta del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig donde están los servicios sociales cuenta con una patrulla de la Policía Local. Fueron los propios trabajadores los que solicitaron al área de Recursos Humanos en un escrito el pasado miércoles que se pusieran todas las medidas de protección posibles en la segunda planta en la que trabajan, ya que temían que hubiera represalias de una familia por un caso que acababa finalmente con el desamparo de un niño. En el escrito se solicitaba «de manera urgente» un dispositivo de seguridad ya que se temía una reacción violenta.

Ante la respuesta que dio el área de Seguridad de que no se podía destinar una patrulla fija a una concejalía dada la escasez de medios, Monllor recurrió al alcalde, Jesús Villar, dada la gran preocupación que generaba la posibilidad de que se produjera alguna agresión ante las amenazas previas y el alcalde pidió que esa patrulla estuviera en la concejalía al menos durante una semana.

Tensión

Según el relato de la edil, el pasado viernes se produjo el desamparo del menor y dicha patrulla hubo de actuar al generarse gran tensión. Cuando la familia fue acompañada por los agentes hasta la puerta del Ayuntamiento y se marchó también se fueron los agentes dado que sus órdenes eran volver a su servicio habitual.

La situación de tensión en los servicios sociales era máxima y de hecho la propia edil pidió a dos trabajadoras que se marcharan dado su estado de nerviosismo.

Finalmente siguieron trabajando a puerta cerrada al carecer de vigilancia, atendiendo solo a las personas citadas. La edil explica que pidió al alcalde que tomara medidas ante esta situación y Villar dictó una providencia exigiendo que hasta el viernes dos agentes permanezcan en las dependencias de Bienestar Social. Algo que se ha cumplido.

La concejala advierte de que este área es muy sensible y que su principal objetivo es garantizar la seguridad de los trabajadores, por lo que ya anuncia una medida drástica si no se refuerza la seguridad en el consistorio.

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