De la serranía andaluza a las montañas del Rif. Del arte del sur de España a la música tribal africana. De los caballos a los camellos. En definitiva, de los Contrabandistas a Els Pacos. Así comenzó anoche la Trilogía Festera de Mutxamel. Los tres días grandes de un municipio volcado con sus fiestas desde hace unos 175 años.

Da igual que fuera lunes, da igual que el día 10 no coincidiera en fin de semana, que la avenida Carlos Soler, la larga rambla principal del municipio se llenó por completo de público con muchas ganas de disfrutar del desfile más esperado durante todo un año. La mejora en las condiciones climatológicas también ayudaron a que unas 20.000 personas presenciaran el desfile en directo, entre vecinos y visitantes. En las 6.000 sillas repartidos por el recorrido no se veía huecos. De hecho era difícil encontrar sitio libre por detrás, para sacar la cabeza y dejarse sorprender por el gran espectáculo preparado desde hace meses.

A las siete de la tarde, el bando cristiano abrió la Entrada, y lo hizo con una novedad, ni más ni menos que el debut de una nueva comparsas del bando de la cruz, los Mozárabes. Esta nueva formación lució orgullosa su propio estandarte y sus filàs, formadas por unos 40 festeros, la gran mayoría mujeres que después de tres años han conseguido hacer realidad su sueño.

Y tras los Mozárabes, llegaron los Templaris, Maseros y Pirates. El bando cristiano se cerró con la Capitanía de los Contrabandistas, que quiso mostrar en su boato «El arte de Andalucía». En este paseo por tierras del sur, los contrabandistas mostraron su esencia. El boato estuvo estructurado en cuatro partes, cada una con un ambiente musical. Por supuesto, no faltó el escudo de armas y los faroles típicos, que precedían a la doma y baile de los purasangre andaluces con los que llegaba la Abanderada Cristiana, Vicky López. Tras ella, carruajes de caballos conducidos por cocheros , y para la parte final, con el místico ambiente de la serranía, llegaron las zíngaras y los bandoleros, y la escuadra especial de los Capitanes, Francisco Martínez y Loli López.

Las huestes moras

El envite esta servido. La llegada de las tropas moras era inevitable, con la Capitanía de Els Pacos al frente. Más de 500 pacos, estrenando chilaba nueva rayada por ostentar la Capitanía abrieron la inmensa comitiva árabe, donde la música fue la gran protagonista.

Tras la portalada con el escudo de Els Pacos, la avenida se llenó con el Ballet Master y su interpretación de «Kerala» con el grupo de percusión étnica Batuken de Ontinyent. Se acercaba el gran sultán, el capitán Pepe Verdú «El de Romano», con sus hijas, la capitana Oti Verdú y la Abanderada, Lore Verdú, escoltados por emires a lomos de camellos y una escuadra especial con un camello batidor. Y de fondo, el estreno por todo lo alto de «Juffa», una marcha compuesta por Saül Gómez Soler ue interpretaron una banda, un grupo de dolçaines, una coral, una soprano y un grupo de cuerda. Espeluznante.

El desfile finalizó con las otras cuatro comparas el bando moro, Zegries, Xodios, Abencerrajes y Moros del Cordó. Por último destacar que la tribuna de autoridades contó con la presencia, en la zona de los festeros que encabezaba el presidente de la Comisión de Fiestas, Pedro Miguel Planelles, y en la parte del Ayuntamiento, con el alcalde Sebastián Cañadas, con el traje de su comparsa Xodios, el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, y numerosos alcaldes y concejales de poblaciones de la comarca, entre ellos el primer edil de Alicante, Luis Barcala.