La patrona de Mutxamel, la Mare de Déu del Loreto, lleva casi 500 años escuchando las invocaciones de su pueblo. Y las Fiestas Mayores del municipio están dedicadas en su honor. El rostro de la Virgen se ve en multitud de casas de la localidad y esa devoción no es para menos si vemos cada año cómo es la Virgen del Loreto la que pone fin a la batalla entre Moros y Cristianos, apareciendo en todo lo alto del castillo cuando el ejército clama por la victoria.

Cuando las armas y los parlamentos no son eficaces, Mutxamel se ampara en su patrona para que los cuatro días de fiestas acaben bien, acaben en paz. Una Trilogía Festera más, que finaliza con un abrazo entre capitanes de ambos bandos, entre ejércitos rivales obligados a entenderse.

La última jornada de las Fiestas de Mutxamel volvió a estar cargada de actos. Entre el desayuno festero y la diana, antes de comenzar el tiroteo, también se dio el último adiós en la Iglesia de El Salvador a José Tomás Marco Martínez, profesor de matemáticas del IES María Blasco de San Vicente que falleció el pasado lunes, con 46 años, al sufrir un ataque al corazón. Marco, secretario de organización del PSOE de Mutxamel e integrante de la Comparsa Els Pacos, iba a participar estas fiestas en la Capitanía Mora, por lo que su memoria ha estado presente todos estos días.

Con esos buenos recuerdos se desarrolló la intensa mañana de actos, con la guerrilla subiendo y bajando por la avenida Carlos Soler. Esta vez, los tiradores cristianos impusieron su fuerza, que obligó a los moros a retroceder. Con la Guardia Civil y la Policía Local de nuevo presente en el momento de hacer sonar los arcabuces. Poco después comenzó la Embajada Cristiana, mientras los alrededores de la Font de la Torre Vigía de Arcadi Blasco, el bastión que antecede el castillo festero, se llenaba de público.

Fuego para el mensaje

Una guerrera cristiana a caballo hizo llegar un mensaje para el sultán en nombre del Rey de Aragón, pergamino que los moros liderados por Els Pacos quemaron en lo alto de la fortaleza, provocando la ira definitiva de las tropas cruzadas, encabezadas por la Comparsa Contrabandistas, que ha ostentado la Capitanía 2018.

Si el embajador moro alentaba a sus huestes diciendo «nuestras armas guarde Alá», la respuesta del embajador cristiano sentenciaba: «Vuestro orgullo caerá». Y así fue, cuando los cristianos, encomendados a su patrona, veían como detrás de una lluvia de fuegos artificiales aparecía en lo más alto de la fortaleza la imagen de la Mare de Déu del Loreto.

El desfile de conciliación entre todas las comparsas cerró la mañana. Tras la comida, misa por los festeros difuntos, y el último gran desfile de las fiestas, que concluyó con la entrega de banderas en el Ayuntamiento y el espectáculo final con la mascletà nocturna.

Hoy toca descansar. Es el tradicional Día de los Borrachos.