Uno de los momentos más esperados de las Fiestas Mayores de Mutxamel es la aparición de la Mare de Déu de Loreto en lo más alto del castillo, al acabar la Embajada Cristiana. La patrona pone el final al combate, misión que desempeña ahora al igual que hace 50 años. Un sistema manual de poleas eleva el panel donde está pintada la imagen más venerada de esta localidad, que en este caso es obra del pintor Francisco Bersán. Un cuadro rodeado de fuegos artificiales que, cuando se muestra, sigue siendo del agrado de vecinos, festeros y visitantes.

Este artilugio rudimentario, que sigue funcionando de la misma manera, fue creado por Juan Aracil «El Municipal» y Rafael Urios. Desde hace unos años es un hijo de Juan, Pere Aracil, el que prepara con minuciosidad el laborioso sistema. Ahora se utilizan nuevos mecanismos digitales de encendido de los efectos artificiales, pero las carruchas que suben el cuadro son las mismas. Tal y comenta Pere Aracil, «ahora se gasta un sistema de fuego frío, con pólvora sin humo, que crea un ambiente especial».

El castillo en llamas

A la guirnalda de pólvora que rodea la imagen de la patrona, que se coloca unas horas antes oculta el público, se añade una descarga de fuegos artificiales y la simulación de que el fuego se ha apoderado del torreón del castillo. Gestos sencillos y humanos que siempre acaban con lágrimas nostálgicas de felicidad.