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«Las Fiestas estaban politizadas cuando deben estar en manos de los festeros»

Todo un veterano en las Fiestas del Cristo de Sant Joan, donde participa casi desde que nació hace 50 años, asumió en enero la presidencia de la Junta de Peñas

José María Sánchez está al frente de las peñas desde enero. información

Pertenece a la Penya Els Marxosos desde 1984, donde ejerció de presidente entre 2013 y 2016. Fue presidente de la Comisión de Fiestas en 2011 y 2012 y, por la rotación en la directiva de la Junta de Peñas, desde enero asume un liderazgo que no está pasando desapercibido por nadie.

¿Estamos ante el año de más cambios y novedades de la historia de las Fiestas de Sant Joan?

Sí, estamos hablando de cambios en el modelo de gestión y en el fondo. Las peñas hemos decidido dar un paso adelante y no limitarnos a participar en los actos que organizaban otros y luego nos quejábamos. Después de más de 35 años hemos alcanzado la madurez necesaria para pasar a organizar los eventos de las Fiestas del Cristo. y de otros actos durante el año como el Mig Any, la Romería a Santa Faz, el Día de las Paellas y la Gala del Peñas.

¿Y por qué ahora? ¿A alguien se le ha encendido una luz? A las peñas se les ha acusado de mirarse mucho el ombligo y hacer poco para los demás.

Es verdad, las peñas hasta ahora pensábamos que con lo que nosotros aportábamos a nivel interno ya estábamos cubiertos y que el resto de fiestas lo organizaran otros, pero eso es un error. Cuando dejé la presidencia de la Comisión de Fiestas hice un planteamiento que abogaba por algo que pasa en cualquier pueblo vecino, que son los propios festeros quienes organizan sus fiestas. ¿Por qué aquí no podía hacerse?. Aquí la Comisión hace unas cosas, las peñas otras y el Ayuntamiento financiaba a la Comisión y encargaba, según sus gustos, lo que quería contratar. Nosotros ahora tendremos que rendir cuentas al Ayuntamiento y someter nuestra gestión a la opinión del pueblo, porque vamos a hacer fiestas para todo el pueblo.

¿Qué ha costado más, que las peñas cambien el chip o que el ayuntamiento afloje la cuerda?

Esta directiva de la Junta de Peñas entró en diciembre y asumimos el cargo en enero. En el primer contacto con el Ayuntamiento yo planteé este modelo y el ayuntamiento no puso ningún problema, al contrario, nos animó a que hiciésemos una propuesta para ver si realmente estábamos interesados. Y en mayo, las peñas, solo con un voto en contra aprobamos asumir el convenio.

¿Un convenio para un año?

Es solo para un año pero no es una prueba, es un punto de partida para algo que se debe prolongar en el tiempo.

¿Qué sensación te ha transmitido el gobierno local?

Yo creo que buena, ellos tenían la idea de despolitizar la fiesta, pero tenían que tener enfrente una entidad festera solvente.

Se habla mucho de «despolitizar la fiesta». ¿Estás de acuerdo que la fiesta se ha politizado durante décadas?

Sí. Yo lo he sufrido. El problema está en que la gente de las concejalías de Fiestas y de los Ayuntamientos piensa que «como yo pago, yo mando». Y al final, de una forma o de otra, el tema está politizado. El modelo de control debe existir, pero eso no quiere decir que tengan que estar dirigiendo porque al final, lo que necesita no es una comisión, es un grupo de trabajo a sus órdenes.

¿Qué relación mantienen las Peñas con la Cofradía del Cristo?

Cordial. Las peñas se vuelcan en la ofrenda de flores y, sobre todo, de frutos. Reconozco que la Cofradía tiene una preocupación lógica con el espectáculo de la entrada del Cristo, pero deben tener claro que aquí nadie ha venido a quitar a nadie. Ni a la Cofradía ni a la Comisión de Fiestas, que debe hacer su trabajo que es estar pendiente de las Reinas y Damas. Las Peñas no estamos preparadas para asumir ese rol.

¿Habían perdido las fiestas la categoría que deben tener?

La fiesta de noche está garantizada. Nuestra principal misión es que la fiesta de día se pudiera ver, que salga a la calle, que haya fiesta en cualquier rincón. Hay que recuperar el sentimiento de fiesta que se había perdido.

¿Y de cara al futuro?

Las peñas nos debemos sentar después de fiestas. Vamos a trabajar más, eso es evidente, pero ningún político debe estar en contra de este modelo de gestión. Lo que está claro es que las fiestas deben estar en manos de los festeros.

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