Adiós a un esqueleto que formaba parte ya del particular «skyline» de la zona norte de El Campello. Las grúas han regresado más de 14 años después a esta promoción de apartamentos turísticos para finalizar una obra que representaba un gran impacto visual en esta zona, a caballo entre las calas Lanuza y Mercé-Baeza. Se trata de 50 apartamentos turísticos en una zona privilegiada, en una cima de una pequeña montaña junto al acantilado entre estas dos playas. Hace semanas que los trabajos se han retomado y el esqueleto está quedando ya atrás para convertirse en un edificio de viviendas turísticas para alojamientos temporales.
Tal y como publicó en su día este medio, las obras se paralizaron a principios de 2004, quedando la osamenta en pie. El dueño del chalé que existe justo debajo, sobre el acantilado, llegó a denunciar la promoción cuando se iniciaron las obras, ya que el vecino alertaba de que invadía en varios puntos su parcela, y reclamaba a la Conselleria su paralización y retranqueo de la obra, aunque no llegó a prosperar. En su día la mercantil aseguró que estaba todo en regla y tenía todos los permisos, y que la paralización de los trabajos respondía a que la situación del mercado no la consideraban idónea y aguardaban mejores tiempos.
Finalmente, la propiedad se traspasó a otra promotora que ahora ha decidido terminar una obra que va a permitir que el municipio costero cuente con 50 apartamentos turísticos más.
Precisamente al lado, en la parte de cala Lanuza, permanece desde hace una década inacabada otra mole de 127 apartamentos turísticos, que con la crisis se paralizó y tras el concurso de acreedores de la promotora permanece desde hace años en venta. Ha habido empresas españolas y fondos de inversión internacionales que se han interesado por la compra de estos apartamentos, que están prácticamente terminados y lo que falta sobre todo es urbanizar las zonas comunes y el acceso a la playa, pero no ha llegado a cuajar por ahora ninguna operación.
Esta promoción de cala Lanuza se inició en 2005 con gran polémica y denuncias sobre su exceso de altura, impacto medioambiental y otras irregularidades, llegando a ser calificada por los ecologistas como el «Algarrobico alicantino», en referencia al hotel ilegal construido en Almería. Finalmente se confirmó que había un exceso de altura pero menor a lo denunciado, siendo legalizado y continuando las obras hasta que se paralizaron en plena crisis inmobiliaria, en el año 2008.
