Dos meses de funcionamiento, solo un autobús cada hora y esperas a pleno sol. Los usuarios de la L31 que une Mutxamel, Sant Joan y la playa de San Juan critican las malas condiciones con las que presta su servicio esta línea, que además dejará de estar operativa el próximo día 31 de agosto. En concreto, el problema principal se centra en las tres paradas situadas en la avenida de Niza, dos en el término de Alicante y una dentro de los límites de El Campello, donde esta vía se convierte en avenida Jaime I el Conqueridor.

En los tres casos, la parada que recoge viajeros de vuelta hacia sus poblaciones están situadas sobre la plataforma tranviaria, protegidas por una valla metálica pero sin ninguna marquesina que los refugie mínimamente del sol.

Los viajeros que han cogido este autobús muchos días de este verano, se quejan de aguantar el calor sin una sombra que los cobije, de tener que esperar mucho tiempo hasta que pasa el siguiente bus, de soportar el paso del Tram a escasos centímetros de la parada, pero sobre todo, protestan porque en unos días no tienen forma de transporte para llegar hasta la playa, aunque el verano no haya terminado. Viajeros que en su mayor parte son personas mayores, que solo disponen del transporte público para acudir a la playa de San Juan y de Muchavista desde Sant Joan y Mutxamel.

Playa en invierno

El malestar es evidente cuando preguntas en la parada a los usuarios si son habituales de esta línea. «Es lo único que tenemos, y o cogemos el autobús en el minuto justo o nos toca estar una hora esperando», asegura un señor con su Bono Móbilis Oro en la mano. Otro viajero, que sujeta la sombrilla y la tumbona de la playa hace una pregunta: «¿Y el mes que viene no podemos venir a la playa? ¿Es que la playa solo es para julio y agosto?».

Estos días, aprovechando una feria de comercio instalada al inicio de la playa Muchavista, algunos usuarios de la L31 han esperado en la escasa sombra que crean las casetas de los negocios, sombra que alcanza la misma plataforma tranviaria por la que pasa un convoy con frecuencia. El paso del tranvía no asusta a los viajeros, a pesar del evidente riesgo que conlleva, pero sí que reclaman una mejor información de horarios de paso, ya que no hay pantallas luminosos digitales que te adviertan cuánto falta hasta el siguiente autobús.

Las condiciones de las paradas son responsabilidad de los Ayuntamientos donde están situadas, en este caso, dos en Alicante y una en El Campello. En cualquier caso, es el tranvía el que marca las posibilidades de disponer de marquesinas si se quiere conservar esa ruta en un escaso trayecto de la primera línea junto al mar.