Una historia de amor y traición marca desde hace 100 años el devenir de una batalla que en Xixona se remonta a finales del siglo XVIII. El Juicio del Moro Traidor y su posterior entierro constituyen el acto más singular de las Fiestas de Xixona y ayer, ante centenares de personas, volvió a ser clave para que los cristianos lograran asaltar el Castillo y recuperar la plaza turronera.

Se trata de la historia de Beny Beny Chimeti, un musulmán que se enamora de una cristiana coqueta de Xixona y traiciona a sus compañeros de la media luna, facilitando la ubicación de un pasadizo secreto a través del cual las tropas de los cruzados asaltan la fortaleza y logran vencer a los moros.

Pero el origen de esta tradición es mucho más trivial. Y es que se remonta a principios del pasado siglo, cuando Ximo Cremades Picó, un xixonenc de los Moros Grocs, decidió cambiarse de bando para formar parte de la filà Contrabandistes. Entonces sus amigos y excompañeros de los Grocs encontraron en este hecho un motivo de burla y crítica a la vez, lo que llevó a representar este acto hasta convertirse en el elemento diferenciador de estos festejos. Además, en los parlamentos cada año se introducen referencias a la actualidad, tanto local como autonómica e incluso nacional, en clave sarcástica. Una traición hecha tradición que se remonta a entre 1916 y 1919, y que pasa por ser un acto diferenciador único en este tipo de festejos.

El Juicio del Moro Traidor se celebró ayer por la mañana ante centenares de personas. Chimeti fue llevado desde los calabozos, ubicados en la Casa Consistorial, atado por La Plaça, intentando huir sin éxito, hasta el Castillo, donde fue juzgado y condenado a muerte por traicionar a Alá y a sus compañeros tras enamorarse de una cristiana. Tras su ejecución, llegó el entierro, que pasa por ser el acto más emotivo y solemne de los festejos, en el que los que fueron sus compañeros portan el cadáver del ajusticiado llorando pese a todo por su pérdida.

Ya por la tarde los festejos culminaron con el asalto final. La batalla de arcabucería volvió a sacudir Xixona con el rugido del Alardo, que dio paso a la Embajada y la derrota musulmana gracias la ayuda del ajusticiado moro traidor. Al finalizar se procedió al Alzamiento de Capitanes de 2019, estando previsto que la procesión ya por la noche pusiera el colofón a los festejos.