El Molí de Maigmona es un molino que hacía servir la fuerza del agua que discurría por el brazal de la Maigmona para moler cereal. Consta de dos plantas y está encajado entre dos edificios de viviendas, siendo un vestigio del aspecto original de la calle que conectaba con Mutxamel. La Maigmona fue rehabilitada en el siglo XVIII, cuando por la proximidad del molino, se plantó una arboleda compuesta de olmos, aspecto que mantuvo hasta los años 60-70 del pasado siglo, cuando la reurbanización de la zona y una enfermedad de los árboles acabó con los ejemplares supervivientes.

De este molino hay testimonio escrito desde el siglo XIV. Llamado también Molí del Rei, este molino acercaba la labor de la molienda en medio kilómetro a los habitantes de Sant Joan, que tenían el más próximo, ya derruido, aguas arriba. Estuvo en funcionamiento hasta la posguerra, momento en el que las autoridades franquistas prohibieron su uso. Actualmente está en manos particulares.

Para realizar esta inclusión en el catálogo, el primer paso a seguir es analizar la pertinencia de esta inclusión y su interés histórico, arquitectónico o etnográfico del bien, para lo que se procederá a contratar a personal especializado. Una vez justificado, el procedimiento administrativo conlleva autorización de la Consellería de Cultura.

El paso siguiente, según comentan fuentes municipales, será incluirlo en el catálogo de bienes protegidos. "Una vez que esté incorporado a este listado, sus propietarios tendrán el deber de conservación, así como la posibilidad de una posterior cesión al Ayuntamiento, qué a través de una compensación en aprovechamiento de suelo en otro sector, podrá poner en valor este raro vestigio tan ligado a las infraestructuras hídricas de nuestro pasado agrícola", aseguran desde el equipo de gobierno local.

Este molino fue puesto en valor por la Revista Cultural Lloixa ya en los años 90 con una serie de reportajes aparecidos entre los números 94 y 96. Además, fue mencionado por los autores del libro 'El reg a Sant Joan: Font i eix d'un poble', Xavier Sala i Ivorra y Tomàs Ángel Pérez i Aracil, este último también autor del estudio aparecido en la revista Lloixa. Tanto el catálogo de bienes protegidos como ambas publicaciones están disponibles de manera física y digital en la Biblioteca Municipal.

"Es la primera ampliación del catálogo de bienes protegidos en los últimos años. El amor por nuestro pueblo y nuestras costumbres se demuestra con estos gestos concretos e iniciativas decididas, y debemos estar orgullosos de haber sido en otro tiempo un pueblo agrícola", ha declarado el alcade Jaime Albero (PSOE).