El derrumbe de la ermita de la Coveta Fumà, que milagrosamente solo dejó una herida leve y tres coches aplastados el domingo tras la misa, se debió a la falta de refuerzos que ayudaran a sostener la cubierta.

El alcalde de El Campello Benjamí Soler (Compromís) explicó ayer que «la razón principal del derrumbe fue la falta de tirantes en la cúpula y contrafuertes en el lateral que ayudasen a aliviar tensiones producidas por el peso del tejado». Y el arquitecto municipal ha señalado que las obras realizadas en la cubierta dos semanas antes para acabar con las goteras no tienen por qué haber influido en el suceso, que se registró 10 minutos después de que salieran las 80 personas que asistían a la homilía de las 10.00 horas.

El lunes se acercaron por la zona afectada los peritos del seguro del Obispado, para determinar las acciones a seguir y atender a los afectados. El Ayuntamiento le ha solicitado el desescombro lo antes posible, dejando dos posibilidades: la reconstrucción o la demolición total de la ermita, «opciones que han de tomar con la máxima celeridad posible, pues la Coveta es una de las zonas más importantes a nivel turístico y la afluencia de público también lo es. Si se demorasen en la decisión, el Ayuntamiento actuará de oficio para garantizar la seguridad».

Por su parte, la Diócesis Orihuela-Alicante explicó que la ermita se levantó en 1965 por iniciativa privada, con los medios y las técnicas propias de la época. Pasó en 1970 a ser propiedad del Obispado y, desde entonces, se han acometido una serie de actuaciones de adecentamiento y mantenimiento «que han supuesto el arreglo y urbanización de la plaza de la ermita, la eliminación de los árboles que dañaban la cimentación del inmueble, la conducción de las aguas para evitar humedades y otros daños derivados, y el mantenimiento de la techumbre y reposición de la misma».

«En esta línea de actuaciones se habían colocado testigos para el seguimiento de algunas grietas que en ningún momento dieron la voz de alarma y se estaba en la recogida de donativos para seguir acometiendo actuaciones de conservación». Y «en relación a la continuidad de la ermita y del servicio religioso en la zona, es voluntad de la parroquia de Santa Teresa y del Obispado de Orihuela-Alicante el mantenimiento del mismo en cuanto sea posible», agregaron desde la Diócesis.