«Desde tiempo inmemorial, el hombre ha tenido la costumbre de encender fuego a sus dioses, para ofrecer, para adorar, para conmemorar». Con estas palabras comienza un escrito que el cronista oficial de Sant Joan d'Alacant, Isidro Buades publicó en el número 73 del «Boletín Informativo de San Juan», que editó la Asociación Cultural Lloixa allá por junio de 1989. Su objetivo fue animar a los vecinos de su pueblo a recuperar una tradición que muchas décadas atrás no faltaba en cada Nit de Sant Joan. La propuesta tuvo muy buena aceptación, y así hasta esta noche, que Lloixa quemará su hoguera número 30.

Con la misma intención con la que Isidro Buades puso en marcha esta iniciativa, se siguen recogiendo desde hace días trastos viejos y enseres que hoy en día solo tiene cabida o un vertedero o, en la mejor de las ocasiones, en un ecoparque. Como indicaba el propio cronista en su escrito iniciático, la hoguera popular de Lloixa nació «con un motivo, que puede ser pasarlo bien, y un significado: quemar nuestros 'objetos del alma' y con el fuego purificador empezar de nuevo renaciendo de nuestras cenizas como el ave Fénix». Y tres décadas después, habrá cambiado varias veces de ubicación, pero las llamas y la música siguen calentando en Sant Joan d'Alacant la noche del 23 al 24 de junio.

Trastos viejos

En 1989, cuando Isidro Buades puso en marcha la cremà popular, en Sant Joan estaban activas tres comisiones fogueriles (las de la Plaça Maisonnave, Navarregui y Mercat), una barraca (Pets i Pleits) y un colegio plantaba y quemaba otra hoguera (Lo Romero). Hoy en día, de estas inciativas solo subsiste la comisión de la Plaça Maisonnave, que el año pasado cumplió su 50 aniversario, y que desde hace unos años le da mayor empaque, si cabe, a la cremà popular de Lloixa. Además, la propuesta de vivir en primera persona la entrada del verano también sirve para que colectivos del municipio, y sean peñas festeras o partidos políticos, organicen cenas en recintos cercanos al descampado donde a la media noche -o más bien, cuando llegan los bomberos- se enciende la mecha.

Buades no puede ocultar su satisfacción porque aquella propuesta siga tendiendo tanto eco. «Sant Joan siempre ha quemado hogueras en la noche del 23 de junio. Hace muchos años, la gente no tenía ni trastos para desprenderse de ellos e iba al campo a recoger matojos que luego quemaba», explica el cronista oficial. Porque como escribió el propio Buades: «Si preguntamos a nuestros mayores, con razón nos responderán todos lo mismo: S'ha fet de sempre, s'ha fet de sempre».