En poco más de año y medio, el proyecto estrella de la pasada legislatura en Mutxamel, el pabellón cubierto polideportivo, donde se invirtieron en torno a un millón de euros, ya presenta numerosos deficiencias que supondrán más gasto para las arcas municipales. En gran medida, la nueva actuación planificada por el Ayuntamiento se debe a las quejas que han manifestado los vecinos del inicio de la calle Els Oms, situados frente al complejo deportivo, que soportan el ruido que generan los equipos que hacen uso de la instalación.

Podemos Mutxamel ha denunciado la «falta de insonorización, que no se tuvo en previsión en el momento de su construcción». Junto a este problema, el concejal Borja Iborra asegura que «a la pista no se le ha dado la capa protectora con un producto especial, también le falta iluminación por tener una línea de focos fundida y alguno suelto desde hace más de un año, y los vestuarios tienen los grifos sueltos».

Otras deficiencias se basan en la supuesta carencia de personal para atender a los usuarios. «La queja que más nos llega, tanto de clubes como de usuarios, es la falta de conserjes, ya que no hay los que tiene que haber por turno, según especifica el pliego de condiciones», comenta Podemos. La protesta de la formación de izquierdas se extiende a otras instalaciones deportivas, como la piscina, donde los usuarios que no tengan tarjeta de crédito «no pueden hacer uso de la misma pues la maquina no acepta efectivo».

Además, Podemos traslada las quejas de deportistas de la localidad que «no tienen casi horas libres para usar el pabellón. Los clubes del pueblo tienen todo el derecho de hacer uso de él y son equipos de fuera, de Sant Joan o de Alicante, los que no deberían tener preferencia frente a la vecindad de Mutxamel».

Sonometrías

Por su parte el alcalde de Mutxamel, Sebastián Cañadas confirmó ayer las quejas recibidas por vecinos que se han dirigido al Ayuntamiento, molestos por el ruido que sale del pabellón, especialmente por la bocina. La primera medida que se ha tomado para paliar el impacto ha sido recortar el horario de uso por las noches, para que nadie juegue a partir de las 22.30 horas.

El segundo paso será calibrar con exactitud que nivel de ruido que soportan los vecinos. Para ello, la Policía Local ha acudido en el último mes varias veces a domicilios de personas afectadas y «todavía no ha podido acceder a ninguna casa para hacer alguna sonometría. Cuando sepamos cual es el volumen real de ruido, tomaremos las medidas oportunas», explica Cañadas. Una de las opciones que se barajan es modificar las lamas de ventilación por donde entra aire de forma natural, por un sistema de extracción, pero todavía no se ha determinado el valor de esta posible obra.