Las quejas vecinales han obligado al Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig a replantearse la conveniencia de celebrar nuevos festivales de música en el aparcamiento de la Facultad de Educación. Los ecos del Festival Marearock todavía resuenan y las quejas no dejan de llegar al Ayuntamiento. Dos residentes dieron en el pleno de abril voz a los vecinos de la zona que están recogiendo firmas con las que exigir al Ayuntamiento que no permita nuevas actividades musicales en la zona. Están alarmados al conocer que el consistorio se plantea sacar a licitación para el próximo año la celebración de este o un evento similar y, tal y como explicó el concejal de Juventud, Javier Martínez, alarmados porque se dio por seguro que volvería a ser en ese lugar.

El Marearock se celebró el fin de semana del 13 y 14 de abril, coincidiendo con el final de las fiestas patronales sanvicenteras. En los dos días del evento se dieron cita 6.000 personas, de ellas 5.000 acudieron el sábado. Un día después, el lunes, comenzaron a llegar las primeras quejas al consistorio protestando por el exceso de ruido y por la suciedad que el evento generó en los alrededores. Además de vecinos, también estudiantes universitarios protestaron por no poder acceder al aparcamiento que el lunes seguía inutilizado por parte del montaje del evento.

Los vecinos que acudieron al pleno esperaron estoicamente desde las siete de la tarde al turno de preguntas del público que se produjo pasada la medianoche. Todo para preguntar al concejal de Juventud, organizador del evento, si reconsiderará la celebración de nuevos eventos en dicho lugar alegando que está muy cerca de las casas. Según sus mediciones, la vivienda más cercana está a 60 metros del escenario «más cerca que algunos asistentes».

Los vecinos relataron el fin de semana vivido con exceso de decibelios e imposibilidad para poder dormir «con una música desquiciante». A ello sumaron la suciedad generada en los alrededores. Vómitos, orines en las puertas de las casas, las paredes del colegio e incluso defecaciones en portales. Parques y zonas infantiles llenas de personas que consumían alcohol y los efectos posteriores de suciedad que también afectaron a los colegios de la zona, cuyas paredes amanecieron orinadas.

«Parece que el concejal no es consciente del despropósito de hacer un concierto de rock en medio del pueblo», criticaba el vecino.

De la polémica que ha generado este festival dio fe el propio concejal de Juventud quien lamentó los insultos y descalificaciones que ha recibido a través de las redes sociales. El edil explicó que se eligió esa ubicación porque limita con Alicante en apenas 100 metros y reconoció que va a estudiar reconsiderar esa ubicación cuando estudie las quejas. El edil explicó que «todos los eventos generan problemas de ruidos y suciedad» y lamentó las molestias causadas a los vecinos.

Por su parte, el alcalde, Jesús Villar, reconocía la necesidad de valorar con el equipo de gobierno la idoneidad de la ubicación de festivales tras las quejas recibidas.