Con los ojos vidriosos y mucho cariño en sus palabras, Luciano Pérez, un vecino de Mutxamel, recuerda a sus cuatro perros. Todavía no se cree haberlos encontrados mutilados y muertos dentro de una balsa. Habla de ellos en presente, como si todavía estuvieran a su lado. Es incapaz de comprender quién ha podido asesinar a los que él considera sus hijos: Tina, Dana, Linda y Dumbo. «Me han quitado la vida. No puedo comer ni dormir. No se puede matar a un animal. No tienen derecho», manifiesta Luciano.

Los hechos se remontan a la pasada Semana Santa, cuando una pareja de vecinos de Mutxamel encontró, dentro de una balsa de aguas putrefactas y con evidentes signos de violencia, a sus perros. Incluso, uno de ellos apareció descuartizado y solo han podido recuperar algunos pedazos. Esta balsa se ubica en el interior de una finca privada que alberga un negocio de invernaderos en la zona de Les Penyetes, lugar en el que los propietarios cuentan con una casa en la que vivían los canes.

El primero de los animales desapareció hace unos dos meses. Luciano y su pareja, Patricia, al observar que Dana no volvía a casa después de sus dos horas de paseo habitual por el campo, comenzaron a buscarla por la zona y por las urbanizaciones cercanas, a pegar carteles y a preguntar a los escasos vecinos que vivien en la zona. Los días pasaban y Dana no regresaba. Días después, en concreto el pasado Jueves Santo, desaparecieron Linda, Tina y Dumbo. «No era normal, yo tenía un mal presentimiento», relata Luciano.

Totalmente desesperado, el Domingo de Ramos a mediodía, Luciano dio una nueva vuelta por la zona y llegó hasta una finca cercana en la que hay un negocio de invernaderos. Luciano pidió permiso al encargado para registrarla y, al recorrer la zona en la que se ubica la balsa, se dio cuenta de que flotaban unos bultos de color negro y marrón. El propietario, estupefacto, regresó a su vivienda y, ya por la tarde volvió a la finca acompañado de su pareja. Con una caña de pescar y una cuerda atada a su cuerpo, Patricia se acercó todo lo que pudo al borde de la balsa para empujar los cadáveres de sus perros hasta la orilla y sacarlos con una red. Eran Linda, Dumbo y Dana. «Yo tenía permiso para entrar y volví por la tarde para rescatarlos. Mi sorpresa fue encontrar a Dana, que fue la primera que desapareció. Estuve unos dos o tres días que no podía vivir. Yo no reaccionaba y Patricia tuvo que ir a poner la denuncia a la Guardia Civil de San Joan.», relata Luciano.

Uno de estos canes, Dana, estaba descuartizada y solo pudieron recuperar algunas de sus partes. «No hemos podido recuperar su cuerpo porque está a trozos. Debieron de romperle los huesos y de estar tanto tiempo en el agua se ha descompuesto», cuenta Luciano.

Tras interponer la denuncia, su perra Tina continuaba sin aparecer, por lo que Luciano regresó a la finca días después y vio su cuerpo flotando. «Es muy duro tener que sacar a tus perros muertos de una balsa», añade Luciano.

Autopsia

Luciano y Patricia llamaron a su veterinaria para realizarle la autopsia a uno de los perros, quien les derivó a la Universidad de Murcia, lugar en el que se la practicaron. El informe especifica que Tina estaba cubierta de plantas acuáticas y presentaba un avanzado grado de descomposición.

La autopsia detalla que se podían observar hematomas en la zona craneal del cuello y un pequeño callo óseo en una costilla, probablemente resultado de un traumatismo anterior a que la tiraran a la balsa. Asimismo, se descarta que el animal pudiera haber muerto ahogado, puesto que no se le encontró agua en los pulmones, lo que indica que lo mataron antes de lanzarlo al agua putrefacta. Con todo, Patricia recalca que es imposible que los perros cayeran por accidente a la balsa. «La valla está totalmente cerrada y no puede entrar ningún animal. Los perros no son tontos, si se cae uno los demás no van a ir detrás. No es justo que le hayan hecho esto a nuestro perros, eran nuestros bebés», manifiesta Patricia.

Las redes sociales han mostrado su indignación por este terrible suceso