San Vicente del Raspeig vivió ayer uno de sus días más tradicionales del año, la ofrenda de flores en honor a su patrón, San Vicente Ferrer. Cientos de personas se echaron a la calle para acompañar a los más de 2.000 festeros que desfilaron por las principales calles del municipio bajo un sol radiante.

El desfile, que partió a las 11.00 horas desde la calle Alicante, recorrió Ancha de Castelar y la avenida de la Libertad hasta llegar a la plaza de España, donde se instaló un panel de madera con la imagen del Patrón, lugar en el que se depositaron los alrededor de 1.500 ramos de flores que se ofrendaron.

Este año, la ofrenda tenía un importancia mayor si cabe, pues la localidad celebra el Año Jubilar Vicentino que conmemora el VI centenario de la muerte de San Vicente Ferrer, un acontecimiento único con gran proyección internacional y que ha sido otorgado por la Santa Sede.

El banderín de la Comisión Municipal de Fiestas fue el encargado de abrir el desfile. Tras él, la Reina de las Fiestas, Patricia Aparicio, y de la Primavera, Carmen Martínez, y sus Cortes de Honor estuvieron acompañadas por el alcalde, Jesús Villar, y la edil de Fiestas, Asunción París, ataviados con los trajes tradicionales del siglo XVIII. La Casa de Andalucía y las Belleas del Foc y sus Damas también ofrendaron a San Vicente Ferrer. Por su parte, las Reinas de los Mayores entregaron sus ramos sonrientes y bailando al son de la dolçaina y el tabalet con el tema «Sant Antoni l'Ermità».

Los cargos festeros del bando moro (Pacos) y cristiano (Astures) y los capitanes y abanderadas del resto de comparsas estuvieron precedidos por una réplica de la imagen de San Vicente Ferrer que se ha realizado desde la Unión de Comparsas de Moros y Cristianos Ber-Largas con motivo del Año Jubilar. Tras ellos, desfilaron los miembros del resto de las comparsas del bando de la cruz y de la media luna, siendo los Almogàvers los encargados de cerrar el pasacalles.

La música no faltó en la ofrenda, ya que fueron más de 25 las formaciones musicales que participaron en el desfile. Tampoco faltó la emoción y la solidaridad, y es que muchos besaban sus ramos antes de entregarlos o bien optaron por ofrendar alimentos no perecederos para Cáritas.

«Cuidar nuestras tradiciones es hacer pueblo y hermandad. La ofrenda de flores es uno de los actos más entrañables de nuestras fiestas que siempre es acogido con mucho cariño por nuestros Festeros y vecinos», destacó el alcalde Jesús Villar.

Por otra parte, a las 13.00 horas dio comienzo la una misa solemne oficiada por el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui. Además, por la tarde tuvo lugar la procesión de San Vicente Ferrer que se inició y concluyó en la plaza de España.