El Síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana, José Cholbi, ha solicitado a la Conselleria de Educación que aumente el número de horas semanales de audición y lenguaje en el CEIP Azorín de San Vicente del Raspeig para garantizar la escolarización adecuada a los alumnos con necesidades educativas especiales. Así, el Consell tiene un plazo de 15 días para responder si acepta o no la recomendación que le hizo llegar el Síndic en el mes de julio.

La intervención del defensor del pueblo valenciano se inició a finales de enero de 2017, cuando la madre de una niña de 8 años con daño cerebral y epilepsia refractaria escolarizada en dicho centro acudió a dicha institución en busca de ayuda. La familia, que

vive en Agost, se vio obligada a inscribir a la menor en el colegio público Azorín de San Vicente, con los correspondientes 24 kilómetros diarios de trayecto, al no contar con una respuesta especializada en los centros de su municipio.

Pero los padres denunciaron la escasa respuesta especializada que recibe no solo su hija, sino todos los niños con necesidades educativas especiales de dicho centro educativo. Asimismo, añadían que el colegio Azorín solo cuenta con un total de 25 horas semanales de audición y lenguaje que se reparten entre 40 niños que lo necesitan.

De acuerdo con los padres, el equipo directivo del colegio, el AMPA y la Inspección educativa correspondiente llevaron a cabo las gestiones administrativas oportunas para solicitar a la Conselleria de Educación los recursos humanos necesarios para mejorar y aumentar el apoyo que reciben los alumnos de este CEIP en el área de Audición y Lenguaje, pero no consiguieron el resultado esperado.

En mayo de 2017, en plena tramitación de la queja, la Conselleria comunicó a los padres las nuevas medidas adoptadas para la menor de acuerdo con un «nuevo diagnóstico más ajustado». Así, le aumentaron a cinco las sesiones semanales, una decisión que no daba respuesta al problema puesto que el apoyo que le estaban ofreciendo a la menor traía consigo recortes en atención a otros niños que también lo necesitaban. Así, los afectados pidieron amparo al Síndic para conseguir una educación inclusiva de calidad y una verdadera atención a la diversidad.