Ajusticiado por un amor que era imposible. Así acaba año tras año el acto más emblemático y singular de las Fiestas de Moros y Cristianos que Xixona celebra en honor a Sant Bartomeu i Sant Bartolomé. Los xixonencs esperan todo un año para contemplar el Juicio Sumarísimo del Moro Traidor y su posterior y solemne entierro.

A las nueve y media de la mañana arrancaba el espectáculo desde la puerta del Ayuntamiento, que simula la prisión en la que está retenido Beny Beny Pepeini, el moro al que se le acusa de traicionar a los de la media luna. Y todo por el amor que siente por una cristiana, de la que cae perdidamente enamorado, y por la que se convierte al cristianismo. Los suyos no le perdonan que abandone su fe y mucho menos que revele un paso escondido que da entrada a la villa y secretos militares. Y por ello es juzgado de forma implacable por sus antiguos compañeros. El preso es conducido hasta el castillo de fiesta, donde se produce el juicio y el posterior fusilamiento.

Los inventores de esta tradición fueron los Moros Grocs, aunque actualmente participan todas las filaes del bando moro.

Como cada año centenares de festeros y vecinos se daban cita a lo largo de la avenida de la Constitución para contemplar la agonía del traidor, sujeto a cuerdas y plagado de los reproches que le hacen los suyo que se engarza con diversas escenas cómicas en las que el prisionero se encara al público que ve el espectáculo.

Desde hace cuatro años a la figura más representativa de las fiestas de Xixona le da vida el joven Wilder Andrés López Sirvent de 20 años de edad. «Es bonito y me gusta porque haces reír a la gente. Lo paso bien», confesaba ayer, horas después de su actuación, y dolorido aún por una gran ampolla en la planta del pie producida por haber realizado descalzo todo el recorrido. Algo que ya advierte que corregirá el próximo año con unas plantillas especiales. Porque su intención es volver a representar al moro traidor en 2018.

El joven reconoce la responsabilidad que siente de representar este papel, que supone «no pasarse el día anterior» y sobre todo que «detrás está mi filà y detrás la Federación».

En referencia al argumento en el que él es el protagonista confiesa que sí, que el amor lo puede todo. Y mi caso es un ejemplo de ello, mi novia es siete años mayor que yo, así que fíjate si el amor merece la pena», exclamaba orgulloso.

Por la tarde se celebraba la Embajada del Cristiano, acto que junto a su versión del Moro que se representó un día antes, cumplía un cuarto de siglo. Tras el acto se produjo en Alzamiento de Capitanes y Abanderados de 2018 y el posterior Desfile de Capitanes.

Xixona puso el punto y final ayer a sus fiestas de Moros y Cristianos que acercó el sábado a los paisanos repartidos por el ESpaña y todo el mundo al ofrecer la Entrada en directo a través de internet.