La Torre de les Maçanes puso anoche el broche de oro a sus festejos de verano, las fiestas de la Mare de Déu dels Fadrins en honor a la Virgen de la Asunción.

El agua se convirtió, nuevamente, en la protagonista indiscutible de la jornada y la «banyà» congregó en torno a ella no sólo a vecinos, sino también a visitantes que no resistieron la tentación de aliviar las altas temperaturas con una divertida iniciativa. Las actividades del día festivo comenzaron con la actuación de la banda de música, que dio paso al almuerzo y a la misa mayor con la asistencia de las autoridades municipales.

En torno a la una de la tarde llegó uno de los momentos más esperados con el reparto del agua entre quienes decidieron acudir al evento con ropa de calle o con coloridos desfiles. Cinco cubas de 10.000 litros y una de 15.000, según confirmó el alcalde Cristóbal Sala, sirvieron para avituallar a los cerca de dos mil participantes, con cuya presencia quedó literalmente ocupada la avenida España. «lo más significativo es que no ha habido incidente alguno. Todo ha transcurrido con normalidad y la gente se lo ha pasado en grande», aseguró el alcalde, quien remarcó que por primera vez se ha contado con la presencia de la Guardia Civil para garantizar la seguridad y con un médico y una ambulancia para atender cualquier eventualidad durante la «guerra acuática». Armados con cubos dio comienzo la contienda a lo largo de la avenida, una batalla a la que se sumaron muchos vecinos quienes también lanzaron agua desde sus balcones. Una hora después se firmó el «armisticio», anunciado por el lanzamiento de un cohete.

El programa se cerró anoche con la procesión y con una cena de gala en la que participaron los festeros y las autoridades locales.