Mutxamel / El Campello

Obras paralizadas y bajo la lupa de la justicia. La empresa estatal Acuamed mantiene desde hace año y medio paralizados los trabajos para abastecer a Mutxamel y El Campello de agua desalada, un proyecto de más de 9 millones de euros cuya adjudicación está bajo investigación de la Audiencia Nacional por supuesto amaño. Y va para largo, ya que ahora la empresa Altec-Altyum, que presuntamente se benefició de la trama al recibir la licitación de este jugoso contrato por parte de Acuamed a cambio de sobornos, ha renunciado a los trabajos, al llevar casi año y medio bloqueados por cambios en el plan.

Las labores se suspendieron en abril de 2016, tres meses después de destaparse las pesquisas de los tribunales que llevaron a la detención de 13 personas, entre ellas el consejero delegado de Altec, Nicolás Steegmann, que salió casi tres meses después de la cárcel tras abonar una fianza de 600.000 euros.

El motivo inicial de la paralización fue una modificación del proyecto por razones técnicas, lo que implica un aumento de su coste, tal y como ya informó en su día este medio. Esta semana fuentes de Acuamed explicaron a este periódico que se trata de un pequeño incremento del presupuesto, y que la razón de la paralización no responde a motivos económicos. Desde la empresa estatal señalaron que se trata de cambios técnicos sobre el proyecto inicial que fueron solicitados por los ayuntamientos y por Aguas de Alicante. Y a estas modificaciones se ha unido ahora la petición que ha presentado la adjudicataria por la que renuncia a la obra, que está a medio ejecutar.

Esta resolución aún no se ha hecho efectiva, aunque parece que no hay otra salida que rescindir el contrato y volver a abrir un proceso para licitar el resto de la obra, por lo que se desconoce cuándo podrán reiniciarse los trabajos. Unas labores que por otra parte deben permitir recibir agua desalada a los dos municipios que albergan las principales infraestructuras de la desalinizadora Marina Baixa, ubicada en Mutxamel y que cuenta con la estación de bombeo de agua salada y las conducciones de vertido de la salmuera en El Campello, en la desembocadura del río Seco. Es decir que las dos localidades que soportan el peso del complejo no pueden beneficiarse de su caudal. En cambio Alicante, Sant Joan, San Vicente o Benidorm sí que pueden recibir el agua desalada por obras realizadas en actuaciones anteriores.

Los trabajos han dejado varias evidencias de su paralización. Quizá la principal sea el depósito regulador situado frente al aeródromo de Mutxamel, del que se construyó el armazón y está inacabado. Otro ejemplo ya no se puede ver, por motivos de seguridad. El pasado año la adjudicataria accedió a las reclamaciones del Ayuntamiento de Mutxamel y comunidad educativa y tapó el enorme agujero abierto junto al colegio Arbre Blanc, donde se estaba levantando otro depósito. La parte construida ha quedado bajo tierra, a la espera de que en un futuro se desentierre para proseguir con los trabajos.

La investigación de la Audiencia Nacional, que trascendió tres meses antes de la paralización, ha podido influir indirectamente en que no se haya dado prioridad a esta obra, en un tiempo en el que hay que recordar el Gobierno central ha estado en una situación de interinidad hasta la reelección de Mariano Rajoy como presidente, y que no dejaba de ser una «patata caliente» al tratarse de un nuevo caso de corrupción.

Sobornos

Según el juez Eloy Velasco, que instruye el caso Acuamed, el concurso de esta obra fue presuntamente amañado para adjudicarlo a Altec-Altyum, que con los informes de los técnicos «nunca hubiera conseguido la adjudicación», e investiga sobornos a altos cargos en la empresa estatal. Entre los 13 detenidos en la operación figuraba, además de el consejero delegado de la adjudicataria de esta obra de Mutxamel, el presidente de FCC Construcciones, Miguel Jurado, y del director general de infraestructuras de Acciona, Justo Vicente Pelegrini.

Estos trabajos, denominados «Refuerzo de las redes de abastecimiento de Mutxamel y El Campello», comprenden las obras de regulación y distribución necesarias para abastecer de agua desalada a El Campello y Mutxamel, y el plan se resume en la construcción de tres depósitos con un volumen total de 16.000 m3, cuatro estaciones de bombeo y 26 kilómetros de conducciones.

A pesar de que inicialmente dentro de este proyecto se incluía la conexión de la desaladora con la conducción Rabasa-Amadorio para poder abastecer de agua desalinizada a Benidorm, esta conexión se separó del proyecto y se ejecutó a través de la CHJ por 1,5 millones, entrando en funcionamiento el verano pasado.