La planta de residuos de Xixona ha encadenado por primera vez tres años en los que no se ha rebasado el tope máximo de basuras que pueden llegar a Piedra Negra. De esta forma parece que se pone fin a la sobreexplotación que ha sufrido durante años, en los que ha llegado a asumir casi 300.000 toneladas anuales, lo que había desbordado las instalaciones, reducido su vida útil e incrementado los malos olores.
Además, la empresa ha pedido diversas licencias de obra al Consistorio por valor de más de 700.000 euros, encaminadas a aumentar el reciclaje y reducir las molestias.
Fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente informaron a este medio de que el pasado año Piedra Negra recibió 171.927 toneladas, por debajo aunque muy cerca del tope fijado en la Autorización Ambiental Integrada (AAI) en 173.000. Y se trata del tercer año seguido en el que este parámetro se cumple, ya que en 2014 fueron 156.933 toneladas y en 2015 fueron 151.419 toneladas.
Este límite, fijado en 2011 se vulneró entre 2011 y 2013, y en años anteriores la planta se encontraba completamente desbordada con la llegada de residuos no solo de su área, que abarca parte de l'Alacantí, l'Alcoià, El Comtat y La Foia, sino también de la Marina Baixa, Marina Alta, Vega Baja y las provincias de Valencia y Castellón.
La sobreexplotación de las instalaciones había llevado a que se estimara en 2013 que, de seguir el ritmo que presentaba, su vida útil se iba a acortar a la mitad, es decir que el vertedero quedaría colmatado en torno a 2018 cuando estaba diseñado para funcionar hasta 2033 (30 años de vida útil). La reducción en las basuras que llegan en los últimos años ha hecho que se haya alargado un poco más la vida útil de la cuarta y última celda prevista en el complejo, que entró en funcionamiento en 2015 y puede dar servicio unos cinco o seis años, dependiendo del grado de eficiencia de las instalaciones.
Por otra parte, Isabel López, alcaldesa de Xixona y presidenta del Consorcio de Basuras al que da servicio Piedra Negra, explicó ayer que la empresa Ferrovial, que es la que gestiona las instalaciones tras la subasta de 2015, ha pedido varias licencias de obra para realizar inversiones por valor de más de 700.000 euros, además de otras actuaciones que tiene en tramitación para ejecutar mejoras encaminadas a reducir el vertido de basuras en la celda, aumentar la recuperación de residuos y suavizar los malos olores que causan las instalaciones.
En concreto, una de las licencias que ha solicitado consiste en una nave para tratar poda y residuos voluminosos como muebles, para su triturado y posterior aprovechamiento como, por ejemplo, combustible natural.
Igualmente la mercantil ha pedido autorización para arreglar unos accesos dentro del complejo y para mejorar las líneas de tratamiento de la planta, y tiene en camino otras actuaciones, destacando la alcaldesa que en ningún caso se trata de ampliación de la planta sino de mejoras para aumentar la tasa de recuperación y reducir las molestias.
Contrato de gestión
Del mismo modo el Consorcio aprobó la pasada semana sacar a concurso el servicio de tratamiento de residuos mientras se tramita el plan de gestión. Se trata de un contrato por dos años por el cual se acabará con la irregularidad por la que no existe una vinculación entre el Consorcio (y los municipios que lo conforman) con la planta de residuos que trata sus basuras.
