La noche de San Vicente del Raspeig se iluminó con el fuego de los monumentos que, durante cerca de cuatro horas, fueron consumiéndose de manera escalonada, poniendo así final a más de una semana de intensas celebraciones de Hogueras. A la medianoche comenzó a arder el monumento oficial, en la plaza de España, que este año llevaba el lema de «¿Dónde mejor?», así como su homólogo infantil, el cual, con el nombre de «70 flames al cor», recordaba las siete décadas de historia que ha cumplido este año la fiesta del fuego sanvicentera.

La Cremà de los monumentos oficiales fue, si cabe, aún más singular este año. Junto a las hogueras plantadas por el Ayuntamiento ardió la creación de Toni Torres, el pequeño «artista foguerer» que vio consumirse entre las llamas su monumento al lado de uno de sus referentes y responsable de la Hoguera Oficial, Pedro Espadero.

A partir de la una de la madrugada se quemaba también la hoguera ganadora del primer premio en categoría adulta, la de Carrer Major. En esta primera tanda iban incluidas también Ancha de Castelar, Lillo Juan y Carrer Nou. Por su parte, una hora después fue el turno de las hogueras de Las Acacias, L'Entrà al Poble y Haygón-Sol y Luz, mientras que a partir de las tres se quemaban los monumentos de Hernán Cortés, Parque Lo Torrent-La Huerta y Barrio Santa Isabel. Al cierre de esta edición no había constancia de que se hubieran producido incidencias significativas en una noche marcada por la emoción de ver cómo el fuego consumía este arte efímero y la ilusión ya puesta en los festejos del mes de julio de 2018.