Entre Montoro y el IBI han hecho de El Campello un municipio millonario. Tiene en el banco casi 32 millones de euros. Exactamente 31.803.474,51 euros, aunque de estos «sólo» 24.459.852,02 euros pueden usarse como remanente de tesorería para gastos generales, según consta en la liquidación del presupuesto de 2016, firmado el pasado mes de abril.

Por ello, ante los seis años que lleva la Corporación enlazando superávits millonarios -el último de 7,7 millones, en 2016-, que han llevado a cancelar todas las deudas y disponer de más 31 millones ahorrados, las asociaciones de vecinos de l'Horta-Muchavista y de La Zenia han presentado un escrito ante el Ayuntamiento reclamando que ese dinero, o una parte, se invierta en mejorar los servicios e infraestructuras de los que disponen los residentes.

En su escrito recuerdan que tras el ejercicio 2015 el remanente de tesorería para gastos generales era de más de 17 millones de euros, una cifra que tras el cierre de 2016 ha aumentado hasta los 24,4 millones. Y consideran que ese dinero no debe estar en el banco, o al menos una parte, sino que «debe repercutir en la mejora de la calidad de los servicios en interés vecinal». Y destacan que pese a los condicionantes que establece la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que en parte es la causa de que las arcas municipales dispongan de tales fondos, el dinero se puede dedicar a inversiones financieramente sostenibles, como alumbrado público o protección y mejora del medio ambiente, entre otras muchas, dentro de programas como vía públicas, parques y jardines o carreteras.

Esta dos asociaciones reclaman un plan de inversión para mejorar los servicios públicos en materia de alumbrado público, mantenimiento de los pinos, pavimentación de calzadas y reparación de aceras de la calles de La Zenia, dado el enorme deterioro que presenta esta zona de la playa de Muchavista y de que se trata de inversiones financieramente sostenibles. Y dinero hay, para eso y para más.

La situación de las arcas municipales es consecuencia del aumento de los ingresos por el IBI en los primeros años tras la revisión catastral de 2007, así como las férreas condiciones de la Ley de Estabilidad impuesta por el Gobierno central desde 2012, que impide aumentar los gastos, obliga a amortizar deuda con los superávits y limita las inversiones que un ayuntamiento puede realizar, independientemente de que estén saneadas o no sus cuentas, lo que ha generado el rechazo de la mayoría de municipios de España.

En los primeros años, El Campello canceló todas sus deudas con los bancos en virtud de esta ley, quedando a finales de 2014 sin ningún compromiso financiero. Deuda cero. Y desde entonces ha ido acumulando millones en el banco. Pese a ello, los vecinos lamentan que el año pasado la Corporación no acometió inversiones sostenibles, por lo que se perdió la posibilidad de realizar mejoras y el dinero acabó en el banco.

Participación ciudadana

Por su parte el alcalde Benjamí Soler (Compromís) afirma que para este año el Ayuntamiento va a poner en marcha un plan de inversiones, en el que se va a permitir la participación ciudadana, para usar una parte del superávits en actuaciones sostenibles en el municipio, lamentando las trabas de la Ley de Estabilidad del Gobierno del PP para usar libremente esos fondos.